Washington, 14 abr (EFE News).- Cuatro exdirectores de la Oficina del Censo en Estados Unidos expresaron este martes su apoyo al ajuste de plazos para el empadronamiento de 2020 debido al impacto de la pandemia del COVID-19, que ha afectado a más de 587.300 personas y ha causado más de 23.600 muertes en el país.
La Oficina del Censo ha anunciado que reactivará sus oficinas en todo el país el 1 de junio para completar las operaciones de recolección de datos en el terreno y las respuestas enviadas por los empadronados al 31 de octubre.
El censo se realiza en Estados Unidos, por mandato constitucional, cada 10 años y de sus datos dependen la distribución de representantes en el Congreso y de delegados en el Colegio Electoral, como asimismo la distribución de miles de millones de dólares en programas federales de vivienda, educación, empleo, infraestructura y salud.
Una vez terminada la recolección de datos “las operaciones adicionales completarán el censo a un nivel de precisión y cobertura coherente con las normas estrictas que se han cumplido 23 veces en la historia del país”, indicó la carta firmada por los exdirectores Vincent Barabba, Kenneth Prewitt, Robert Groves y John Thompson.
“El genio del censo ha sido siempre encontrar un Plan B cuando las condiciones desechan el Plan A”, agregaron. “Para 2020 el Plan B incluye un ajuste del cronograma. La Oficina del Censo ha pedido el permiso legislativo del Congreso de 120 días adicionales”.
Los firmantes indicaron que, sobre la base de su experiencia en la planificación, ejecución y a menudo el ajuste de operaciones en los censos decenales previos, apoyan la solicitud y urgieron al Congreso a actuar en consecuencia y permitir esta medida.
“La epidemia del COVID-19 presenta muchos desafíos a nuestro país, uno de los cuales es único del censo que estaba ya en marcha cuando la epidemia golpeó al país”, señalaron. “La mejor forma de apoyar a la Oficina del Censo y nuestra democracia en estos tiempos difíciles es asegurar que todos han respondido al Censo 2020”.
A mediados de marzo pasado, millones de hogares en EE.UU. comenzaron a recibir los formularios del Censo, pocos días después de que se conociera la primera víctima mortal en el país del COVID-19, pandemia que ha afectado notablemente el desarrollo del conteo de residentes que se realiza cada diez años.
