TRASTORNOS DE DÉFICIT DE ATENCIÓN/HIPERACTIVIDAD Y SU RELACIÓN CON LA ALIMENTACIÓN.

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Por Anahí Hernández:

Los trastornos de déficit de atención/hiperactividad (ADHAD) también llamado trastorno de déficit de atención (ADD), términos de uso común para aludir a diversos trastornos como la “disfunción cerebral mínima”, la “reacción hipercinética en la infancia” y “síndrome de niño hiperactivo”. Esto afecta a los niños que están en edad escolar, a partir de los 3 años de edad, aunque no siempre se diagnostica de manera inmediata, continuando en algunas ocasiones en la edad adulta.

Los niños hiperactivos presentan síntomas como: incapacidad de concentrarse, tendencia a la frustración, inquietud, suelen llorar mucho, ser agresivos, impulsivos y destructores. Además presentan periodos cortos de atención, son torpes, duermen mal y a pesar de tener un coeficiente intelectual promedio o superior al promedio, generalmente en la escuela tienen malas calificaciones.

Cierta evidencia científica, sugiere que la alimentación está relacionada con este tipo de trastornos, señalando al azúcar en la dieta, a los conservadores en los alimentos y a las reacciones alérgicas como probables causantes. Otras causas son: herencia, trauma prenatal, privación del oxígeno al nacer, tabaquismo (durante el embarazo) y contaminación ambiental, pudiendo también ser resultado de inseguridad o aburrimiento.

¿Qué alimentos o cosas deben evitar en los niños o personas hiperactivas?

  • Medicinas, alimentos, cosméticos y pastas de dientes que contengan tintes y saborizantes artificiales (tartrazina y E 102).
  • Aditivos alimenticios, ya que el niño hiperactivo no tiene las defensas naturales necesarias para prevenirse contra estos. A pesar de muchas veces encontrarse en dosis pequeñas, un niño hiperactivo puede ser susceptible y reaccionar de manera adversa a estas sustancias.
  • Conservadores de fosfato. ya están relacionados a la hipercinesia (actividad muscular exagerada).
  • Alimentos a los que el niño sea alérgico, debido a que estos alimentos causan cambios en el comportamiento.
  • Bebidas carbonatadas.
  • Alimentos que contienen el conservador hidroxitolueno butilado (BHT).
  • Alimentos procesados o manufacturados.
  • Alimentos que contienen sales y salicilatos naturales como las almendras, manzanas, duraznos, albaricoques, moras, naranjas, tomates, pepinos y peras.
  • Azúcares refinados o alimentos que los contengan. En exceso estos no son buenos para nadie, menos aún para personas que sufren de hiperactividad. La ingesta de sucrosa se ha relacionado directamente a comportamientos agresivos y a la apatía. Se ha demostrado que algunos niños hiperactivos tienen problemas para manejar el azúcar en la sangre, siendo en su mayoría hipoglucémicos, es decir, que tienen niveles bajos de azúcar). La hipoglucemia desencadena la liberación de hormonas suprarrenales (del estrés), pudiendo provocar hiperactividad.

Debemos ser conscientes de qué es lo que comemos, sobre todo en los alimentos procesados o ultra-procesados.

¿Qué alimentos son benéficos para estos niños o personas?

  • Carnes magras (no en caso de necesitar restricción de fósforo).
  • Pescado.
  • Verduras frescas.
  • Frutas frescas.
  • Agua destilada.
  • GABA (ácido gamma-aminobutírico), ya que reducen tendencia a la violencia e hiperactividad.
  • Vitamina B1
  • Vitamina B2
  • Niacina
  • Ácido pantoténico
  • Ácido fólico
  • Colina
  • Magnesio
  • Manganeso

Estos nutrientes han demostrado tratar con éxito las causas de la hiperactividad, ajustando el equilibrio químico cerebral, se requiere de un mínimo de 3 a 6 meses para poder obtener resultados importantes. Aunque la concentración aumentada y una reducción importante de la hiperactividad pueden comenzar a observarse al principio del tratamiento.

Otra forma de trastornos de déficit de atención/hiperactividad (ADHD), son los problemas de aprendizaje. Mala concentración y breves lapsos de atención son los síntomas que se presentan.

¿Qué factores pueden llevar a esto? Toxicidad a los metales pesados, deficiencias nutricionales (incluso aunque sean menores), e infecciones recurrentes en el oído. La acumulación de metales pesados (como cadmio y mercurio), cobre y plomo, parecen afectar el comportamiento. La vitamina C puede ayudar al cuerpo a eliminar estos metales. Estudios han demostrado que el exceso de cobre afecta el comportamiento. El aceite de primavera y la raíz de valeriana pueden ser beneficiosos para estas personas.

Para obtener un diagnóstico correcto y una suplementación adecuada para personas con estos trastornos es importante acudir siempre a un profesional de la salud.

Fuente: “Almanaque de nutrición”. Sexta edición. Mc Graw Hill.

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