El combate de Amanda Serrano por la igualdad

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La boxeadora puertorriqueña Amanda Serrano. EFE/ Archivo/Thais Llorca

Marina Villén

San Juan, 15 dic (EFE).- Salarios más bajos, menor promoción e incluso reglas distintas. Un grupo de boxeadoras, encabezado por la puertorriqueña Amanda Serrano, lucha ahora dentro y fuera del cuadrilátero para reducir la brecha existente con sus colegas hombres.

Un paso necesario hacia la igualdad es que las púgiles peleen bajo las mismas reglas que los hombres, defiende en declaraciones a EFE Serrano, quien junto a la brasileña Danila Ramos marcó recientemente un hito al combatir a 12 asaltos de 3 minutos.

“En el pasado nos han criticado por luchar menos tiempo y pedir mejores salarios. Gano suficiente dinero para no poner excusas y hacerlo”, comenta la campeona mundial en siete divisiones y primera boxeadora en ganar un millón de dólares por un combate.

Contundente fue también su decisión a principios de este mes de renunciar al título de las 126 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), debido a que el ente se negó a permitirle continuar peleando a 12 asaltos y, de este modo, “rechazó que el deporte evolucione hacia la igualdad”, según dijo Serrano en ese momento.

Las mujeres pelean a 10 asaltos de 2 minutos de duración, por lo que el combate entre Serrano y Ramos, conducido por primera vez en la historia del boxeo femenino con reglas propias del masculino, sirvió para crear un precedente y vencer esas críticas.

Cumplir un sueño haciendo historia

 “Fue un sueño hecho realidad. Algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo”, asegura Serrano, de 35 años, sobre su victoria por decisión unánime contra Ramos el pasado 27 de octubre en la ciudad estadounidense de Orlando.

La puertorriqueña agrandó su leyenda con un historial de 46 victorias, 30 por la vía rápida, y defendió con éxito sus títulos de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB), Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la Organización Internacional de Boxeo (OIB).

“Fue increíble completar los 12 (asaltos) y poder lanzar más de 1.100 golpes. No sentí el minuto extra. Me parecieron 2 minutos en lugar de 3”, dice la púgil, que se impuso en las tres tarjetas de los jueces por idéntico 120-108.

Unas tres semanas antes de este combate, Serrano y Ramos lideraron un manifiesto, titulado “Choice” (“Elección”) y firmado por 25 boxeadoras, en el que pedían tener la opción de pelear bajo las reglas del boxeo masculino para demostrar sus “capacidades y grandeza”.

“Hemos ganado ‘la elección’ de construir un futuro más igualitario para las boxeadoras”, señalaba el texto, que exponía como objetivo lograr igualdad salarial, de promoción y oportunidades en el deporte.

“Hay un montón de chicas que quieren pelear con las mismas reglas. De hecho, después de mi pelea, algunos pelearon durante 3 minutos”, asegura Serrano, citando a Maricela Cornejo y ‘Pink Tyson’ Kalliopi Kourouni.

Abrir camino a las nuevas generaciones

 Serrano ya es una leyenda y ha demostrado en el cuadrilátero que las mujeres merecen igualdad de salarios. Hace poco más de un año, protagonizó junto a la irlandesa Katie Taylor la primera cartelera encabezada por mujeres en el Madison Square Garden, de Nueva York.

“Una vez que el mundo vea las habilidades que algunas de nosotras, que la elite posee, definitivamente lo hará (eliminar la brecha salarial)”, subraya la púgil, que considera que es el momento de ayudar a las futuras generaciones de boxeadoras.

Serrano denuncia que la brecha salarial entre los hombres y las mujeres en el boxeo es como “la diferencia entre el día y la noche”.

Para su primera pelea, en 2009, ganó 1.000 dólares, pero tras pelear otras veinte veces y siendo múltiple campeona, solo logró rozar los 2.000.

No fue hasta el año 2014, cuando se convirtió en campeona de la división ligera de la OMB, que Serrano obtuvo 5.000 dólares y, hasta 2021, que generó su primer cheque de seis cifras (200.000 dólares).

Para eliminar la brecha salarial es imprescindible “el apoyo de los fans”, según la puertorriqueña, que con sus llenos en la “Meca del Boxeo” y en Orlando demostró que sí hay un interés por el boxeo femenino, lo que atrae patrocinadores.

“A mí me está sucediendo, he estado vendiendo eventos y eso se refleja en mi escala salarial. Soy una luchadora de 7 cifras. Entre mi sueldo y mis patrocinadores, estoy haciendo millones”, reconoce agradecida

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