Naciones Unidas, 21 jun (EFE).- La enviada de la ONU para Afganistán, Roza Otunbayeva, advirtió este miércoles a los talibanes que el reconocimiento internacional de su Gobierno será “casi imposible” mientras mantengan en vigor las medidas que violan los derechos de las mujeres.
“Los talibanes piden ser reconocidos por Naciones Unidas y sus miembros, pero a la vez actúan contra los valores clave expresados por la Carta de la ONU, dijo Otunbayeva ante el Consejo de Seguridad.
La representante de Naciones Unidas aseguró que esas restricciones contra las mujeres son muy impopulares dentro de Afganistán y están haciendo perder “legitimidad tanto nacional como internacionalmente” al régimen de Kabul.
“En mis discusiones con las autoridades de facto, soy directa sobre los obstáculos que se han creado para sí mismos con los decretos y restricciones que han impulsado, en particular contra las mujeres y niñas”, insistió.
Desde que recuperaron el poder en 2021, los talibanes han buscado el reconocimiento internacional como Gobierno legítimo de Afganistán, algo que hasta ahora no han logrado, aunque tanto la ONU como numerosos Gobiernos mantienen contactos regulares con ellos.
En ese sentido, Otunbayeva explicó hoy que se han creado “canales de comunicación” que funcionan con las autoridades de facto y se han identificado oportunidades para una mayor cooperación en beneficio de la población afgana, pero dejó claro que se podría hacer “mucho más si los talibanes rescindiesen sus restricciones punitivas contra la población femenina”.
Entre otras cosas, los talibanes han prohibido a las niñas la educación secundaria y superior y han impuesto duras restricciones al trabajo de las mujeres y a su libertad de movimiento, incumpliendo así promesas que habían hecho a la comunidad internacional.
El pasado abril, en un desafío directo a la ONU, el régimen vetó el trabajo de las afganas empleadas por la organización, algo que según Naciones Unidas hace prácticamente imposible mantener el apoyo humanitario que se da a la población del país.
Ese movimiento ha sido criticado por todos los miembros del Consejo de Seguridad, que han pedido de forma unánime que se dé marcha atrás, aunque en el debate de hoy volvió a quedar claro que dentro de este órgano hay una variedad de posturas a la hora de relacionarse con los talibanes.
Así, países como Estados Unidos dedicaron la mayor parte de su intervención a criticar las medidas contra las mujeres de los talibanes y a exigir cambios, aunque también prometieron seguir tratando de dar apoyo humanitario a la población.
Mientras, otros como China insistieron por encima de todo en la importancia del diálogo con los talibanes y de mantener una “actitud práctica” con ellos, trabajando para reforzar la economía del país y criticando que se condicione la ayuda humanitaria al cumplimiento de ciertos parámetros.
“Cada vez está más claro que EE.UU. y otros países occidentales, que dejaron el país en ruinas durante 20 años y abandonaron a su gente en el momento más crucial, no tiene ningún interés en un verdadero arreglo y en la reconstrucción de Afganistán”, dijo el embajador ruso, Vasili Nebenzia, que consideró que Occidente usa “pretextos” para no apoyar al país asiático.

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