Washington, DC (Ethnic Media Services / News).- Según lo ordenado por la Constitución de los Estados Unidos, el censo cuenta a TODOS los que viven en el país, sin importar quiénes son: los indocumentados, los transitorios, las personas que viven en áreas remotas o fuera de la red, los estudiantes extranjeros y el personal de la embajada. Las únicas personas aquí que “no cuentan” para el censo son turistas y visitantes de negocios de corta duración).
El año 2020 también incluye elecciones presidenciales que marcarán el rumbo futuro del país. Pero mientras que no todos pueden votar, todos pueden y deben participar en el censo. Determina todo, desde la representación política hasta el acceso a servicios básicos como educación y atención médica y carreteras que funcionan para todos.
Estimaciones recientes fijan la cantidad de gasto federal que se dirige por datos del censo en más de $ 1.4 trillones anualmente.
“El censo es crítico por razones prácticas”, dijo Lizette Escobedo, directora del censo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos y Nombrados (NALEO). “Pero también es un proceso que brinda a todos los latinos del país, sin importar de qué generación sean o su estatus migratorio, una oportunidad para decir: estamos presentes, estamos aquí, no vamos a ninguna parte y somos parte de la tela de este país “.
En otras palabras, el censo es empoderamiento. Y no solo para los latinos, sino para todas las comunidades que desean estar representadas en el gobierno, programas, gastos, redistribución de distritos e incluso derechos civiles.
