Falta de “hambre” y “altura” dejó a Liga de Quito en manos de Boca Juniors

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Guayaquil (Ecuador), 22 ago (EFE).- La falta de hambre para encarar el encuentro y la carencia de altura en el juego de varios jugadores, dejó el futuro en la Libertadores del “Rey de Copas”, como le dicen a Liga de Quito, en manos del argentino Boca Juniors, para el enfrentamiento del próximo miércoles en Buenos Aires.
El marcador de 0-3 a favor de los séxtuples campeones de la Libertadores, los dejó con la guillotina en la mano para cortar en casa la fina soga y sentenciar a su favor el paso a semifinales.
Tantos fueron los errores del cuadro local y grande la efectividad de Boca, que prácticamente la serie por cuartos de final se definió en el enfrentamiento de ida, que justifican la desazón y los argumentos del técnico local Pablo Repetto.
Del equipo que esta temporada presionó constantemente a cada rival hasta “ahogarlo”, y lo logró en la actual edición del torneo en la altitud de los 2.800 metros sobre el nivel del mar, donde actúa de local Liga de Quito, no quedó este miércoles ni una pálida imagen ante los bonaerenses.
“Boca estuvo a la altura”, “Liga de Quito no se repuso ante la adversidad” o “Liga con un pie fuera de la Libertadores”, son algunos titulares de la decepción generalizada por el partido que se disputó en el estadio Rodrigo Paz Delgado, que disfruto de un casi lleno que de nada sirvió a los locales.
Las sorpresas estuvieron repartidas como la cancha, pues ni el técnico uruguayo Repetto esperaba tanta pasividad de sus dirigidos para encarar el encuentro, ni Gustavo Alfaro imaginó tanta libertad para tomar el control de un partido de esta instancia copera.
Varios jugadores quiteños bajaron enormemente su nivel de juego, hasta el punto que el técnico local -acostumbrado a reservar las críticas para analizarlas dentro del vestuario- aseguró esta vez públicamente que su equipo “no tuvo hambre para pelear cada pelota como si fuera la última”.
También resaltó que “cuando no estas a la altura, no haces un buen partido” y en esa honda estuvieron los defensas centrales por donde se movió y facturó con facilidad el atacante Ramón Ábila.
Los centrocampistas de contención tampoco brillaron como en otros partidos, y el que quiso recomponer la figura, Jefferson Orejuela, salió expulsado antes del final del primer tiempo.
Una de las contrataciones más disputadas en el mercado local a fines del 2018, el centrocampista creativo Luis Chicaiza, que para muchos en Ecuador llegó al nivel de “mago” con el Delfín, en el partido ante Boca no frotó en ningún instante su lámpara.
También ocurrieron cosas “raras”, en palabras del técnico Repetto, como la lesión completamente solo del atacante uruguayo Rodrigo Aguirre, quien se extremó tanto por ganar un balón que terminó golpeando su cabeza contra un valla publicitaria que le causó un traumatismo y le lo obligó a salir del partido.
Otra fue la expulsión de Kevin Minda por mal comportamiento con roja directa desde el banquillo.
Para Repetto, que fue finalista de Copa Libertadores con Independiente del Valle en 2016, eliminando entonces al mismo Boca Juniors y a River Plate, el árbitro colombiano Wilmar Roldán pitó un tiro libre “en una falta que no existió”, de la que salió el segundo gol “xeneize”.
Una de las figuras de aquella hazaña de 2016, el central Luis “Cunty” Caicedo, ahora en Liga, redondeó su pobre actuación durante todo el partido al anotar en propia puerta el tercer gol de Boca, en una pelota que no pudo controlar ante la presencia de un Ábila abrumador.
Para Repetto, su equipo debe ahora “tener amor propio para ir a pelear” en el partido final ante Boca Juniors en la Bombonera, porque: “si tenemos que quedar eliminados” hay que “hacerlo con la frente en alto”.

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