Adios Mister Trump

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Por Jorge Ramos.

Cada vez más mexicanos le están diciendo adiós a Donald Trump. Algo pasó. En lugar de seguir llegando por millones a Estados Unidos, se empezaron a ir. En una década dos millones de mexicanos hicieron sus maletas y se regresaron a México. Goodbye.

Estos cambios demográficos son muy poderosos. No pasan nada más porque sí. Les cuento. En el 2007 vivían 6.9 millones de mexicanos indocumentados en Estados Unidos. Pero ya para el 2017 había bajado a 4.9 millones de mexicanos, según un extraordinario estudio del Pew Research Center (https://pewrsr.ch/2FewNNi). Y más se siguen yendo. Ya no quieren vivir en los Estados Unidos de Trump.

Durante décadas uno de los principales sueños de los mexicanos era irse a trabajar al norte. Y así se hizo un caminito.

Nueva York se llenó de poblanos y se convirtió en Puebla York. La Villita en San Antonio, la Plaza Olvera en Los Angeles, Pilsen en Chicago, Little Oaxaca en el estado de Nueva York y Homestead en la Florida, por mencionar solo algunos lugares típicos, reemplazaron temporalmente su idea de México. No era perfecta. Los tacos al pastor, las enchiladas y el pozole no sabían igual. Pero ayudaba a curar el mal de distancia.

El sacrificio valía la pena. Habían dejado todo en México: familia, amigos, casa y su historia amarrada a rincones y olores. Pero a cambio sus hijos podían tener una vida mejor que ellos y, con suerte y chambeando muy duro, hasta podían ahorrar para una casa y un retiro más o menos digno.

Lo de la suerte no es una expresión vacía. Había que tener suerte para que no te detuvieran en una redada y te deportaran. Pero eran muchos más los que llegaban y se quedaban.

Poco a poco el caminito al norte se empezó a complicar. Los presidentes Bill Clinton y George W. Bush completaron casi 700 millas de muros en la frontera con México y enviaron a vigilar a miles de agentes de la Patrulla Fronteriza. Los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001 acabaron con cualquier posibilidad de legalizar a los indocumentados. Estados Unidos se cerró y los extranjeros -todos- sufrieron las consecuencias.

La cruzada a Estados Unidos se hizo cada vez más difícil -por ríos, desiertos y montañas- y más cara. Los coyotes sacaban una tajada de miles de dólares con cada inmigrante que cruzaban. Pero lo peor fue que se terminó esa migración circular que permitía regresar a México en vacaciones y en navidades. Millones de mexicanos se quedaron atorados en Estados Unidos. Fin de año ya no era lo mismo y no se podía regresar para enterrar a tus muertitos.

Y luego llegó Barack Obama. Apoyaba una reforma migratoria y le dio DACA a cientos de miles de jóvenes soñadores. Pero en la práctica deportó a más imigrantes indocumentados -en su mayoría mexicanos- que cualquier otro presidente estadounidense. Más de tres millones del 2009 al 2016 según contó el centro Pew. Por eso le llamaban el “Deportador en Jefe”.

Eso explica, en parte, por qué tantos mexicanos regresaron a México: los deportaron. Otros no se quisieron arriesgar a un arresto, no encontraron los trabajos que querían y también volvieron con todo y familia.

Y entonces se apareció Donald Trump, en junio del 2015. Ahí mismo lanzó su campaña presidencial acusando falsamente a los inmigrantes mexicanos de ser criminales, violadores y narcotraficantes. Las cosas solo han empeorado; basta ver sus frecuentes tuits y expresiones racistas. Y ya con Trump en la Casa Blanca se ha desatado la peor campaña antiinmigrante desde que la operación Wetback deportó a un millón de mexicanos en 1954.

¿Por qué tantos mexicanos en Estados Unidos están regresando a México? Tampoco es que las cosas estén muy bien en México. La criminalidad, por ejemplo, en un grave problema. ¿Entonces?

Bueno, que hasta los inmigrantes más desesperados tienen un límite. Décadas de esperanzas se enfrentaron a muros, redadas, deportaciones, amenazas, racismo, abusos, promesas incumplidas y ahora a Trump. Y nada va a cambiar rápidamente en los próximos años. Incluso si los Demócratas recuperan la Casa Blanca, tomaría años implementar una reforma migratoria que legalizara a los 10.5 millones de indocumentados de todas las nacionalidades.

Por eso tantos mexicanos están diciendo: adiós mister Trump.

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