En “alto riesgo” el éxito del Censo 2020

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La falta de presupuesto, el creciente miedo de los inmigrantes por las acciones del gobierno para reforzar las leyes migratorias, la posibilidad de que el internet sea el único medio para llenar los formularios para el conteo poblacional y hasta los Twits del presidente Donald Trump, están poniendo en riesgo el éxito del Censo del año 2020.

Representantes de organizaciones de derechos civiles y expertos en el censo, advirtieron de los retos que enfrenta la Oficina de Censo para contar, principalmente, a las minorías étnicas, las personas mayores de edad y los inmigrantes.

Durante una teleconferencia organizada por New America Media, los expertos coincidieron en que es vital que el Congreso y el gobierno del presidente Donald Trump actúen para aprobar los fondos necesarios que garanticen el conteo de todas las comunidades en el país.

Faltan solo tres años para que se lleve a cabo el Censo, el primero de abril de 2020, que se realiza cada diez años según lo ordena la Constitución.

“Me preocupa cada vez más que el Congreso y ahora la administración Trump estén preparando el escenario para un recuento menos preciso en muchas comunidades”, advirtió Terri Ann Lowenthal, ex Directora de Personal del subcomité del Censo de Vivienda y Población y consultora del Fondo para la Educación de la Conferencia de Liderazgo.

Lowenthal denunció que “el fracaso del Congreso en los últimos años para pagar por una planificación rigurosa del Censo de 2020 y ahora la solicitud insuficiente de presupuesto de la Administración Trump para el año 2018, será un golpe al corazón de las operaciones que están específicamente diseñadas para tener un mejor censo de las comunidades que históricamente no han sido contadas correctamente”.

Si la Oficina del Censo no recibe los fondos adecuados, tendría que hacer recortes en diversas áreas como en las campañas informativas en medios de comunicación que llegan específicamente a los grupos minoritarios; en servicios de asistencia en otros idiomas diferentes al inglés; o en sus actividades de ir puerta a puerta en vecindarios donde hay poca confianza con las autoridades. También podrían verse afectadas las áreas rurales donde el Censo utiliza métodos especiales para llevar a cabo el conteo de población.

Para Arturo Vargas, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Oficiales Latinos Electos, (NALEO por sus siglas en inglés), la prioridad de su organización es asegurarse que en el Censo de 2020 no se repita la falta de conteo de millones de latinos, algo que según el dirigente, ha sucedido históricamente en los censos de las décadas pasadas.

“Uno de cada seis estadounidenses es latino, así como uno de cada cuatro niños en la nación. Por lo tanto, el éxito del Censo en 2020 no será posible si los latinos no son contados con exactitud. El persistente bajo conteo del segundo mayor grupo poblacional en el país se ha convertido en una cuestión de derechos civiles para nuestra comunidad. Sabemos por ejemplo que un millón de niños pequeños no fueron tenidos en cuenta en el Censo de 2010 y 400,000 de ellos eran niños latinos”, dijo Vargas.

Resaltó que el Censo de 2020 enfrenta nuevos retos para contar de manera correcta a los latinos. Uno de ellos es vencer el miedo que está sintiendo la comunidad inmigrante por el aumento de las redadas de agentes de inmigración para detener a indocumentados.

Ahora, muchos hispanos se niegan a responder cuando desconocidos o funcionarios de agencias de servicio público llegan a tocar en las puertas de sus casas.

En los dos primeros meses del año, en Carolina del Norte al menos 90 hispanos indocumentados fueron arrestados por agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), tras la firma de las órdenes ejecutivas en las que el presidente Donald Trump manda reforzar el cumplimiento de las leyes de inmigración. En cinco estados más donde se realizaron redadas, cayeron presos otros 600 indocumentados, según informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).

En enero pasado, el diario The Washington Post informó que se encontraba en estudio una orden ejecutiva en la que se planeaba pedir a la Oficina del Censo la inclusión de una pregunta en el formulario sobre el estatus migratorio de los habitantes. Según los panelistas de la teleconferencia, hasta el momento ese tipo de pregunta no está incluida y ya queda muy poco tiempo para hacer modificaciones en los cuestionarios que serán enviados para el Censo.

Al miedo de la comunidad inmigrante, se suma la falta de acceso a los servicios de internet, algo que afecta no solo a los latinos sino a otros grupos de las minorías y a personas de bajos recursos.
“Va a ser un tipo de censo muy diferente en 2020 a los que tuvimos en el pasado. No todo el mundo va a recibir ese formulario en el correo como sucedió en 2010; en cambio, la mayoría de la gente recibirá una carta en la que le dicen que es hora de participar en el Censo, aquí está su código, entre al internet y llene su formulario”, dijo Vargas.

Por eso, el dirigente de NALEO consideró fundamental que las organizaciones estén preparadas para ofrecer asistencia y educación a la comunidad sobre cómo hacerse contar correctamente para que el Censo 2020 sea exitoso.

También será necesario que los grupos de derechos civiles en toda la nación se unan en la tarea de llevar un mismo mensaje a la comunidad sobre la importancia de hacerse contar en el censo, a pesar de la desconfianza que tiene la población hacia el gobierno.

“Estas organizaciones pueden destacar el valor que tiene la información del Censo porque de esta depende la entrega de recursos a comunidades que de otra manera resultarían marginalizadas por la falta de un conteo correcto. Además es valiosa porque asegura una representación política justa y proporcionada, la cual depende de la información del Censo”, destacó Wade Henderson, presidente y CEO de la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos.

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