Miami, 1 Dic (Notimex).- En Estados Unidos seis de cada 10 latinos están en riesgo de contraer diabetes o ya la tienen, según la doctora María Rodríguez de King, encargada de la Ventanilla de Salud del consulado general de México en Miami.
“La incidencia es altísima en el porcentaje de personas que tienen perfiles de un mal manejo de los azúcares”, dijo a Notimex Rodríguez de King, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La doctora atribuye en parte la alta incidencia al sedentarismo en situaciones comunes como pasar mucho tiempo sentado en el trabajo y no caminar, una alimentación muy cargada de azúcares tomando refrescos con gran cantidad de carbohidratos, hamburguesas y comidas altas en grasa.
También contribuyen las situaciones emocionales y de ansiedad que generan problemas metabólicos, que no sólo comprometen las cifras del azúcar en el organismo, sino el colesterol de los ácidos grasos y la presión arterial.
“Ahora mismo la situación de temor de que posiblemente deporten a las personas genera mucha ansiedad”, apuntó sobre la amenaza de la nueva administración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de deportar a millones de indocumentados.
“Se ha podido comprobar que cuando se dispara el azúcar, se dispara el colesterol y los triglicéridos y la persona puede terminar siendo hipertensa”, dijo la doctora al señalar que una persona con obesidad también es más propensa a desarrollar la diabetes.
La diabetes está relacionada con los niveles de glucosa en la sangre, y según informa el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), es una enfermedad en la cual los niveles de glucosa en la sangre están por encima de lo normal.
Entre los hispanos se ha convertido en un flagelo en Estados Unidos y afecta al 10.4 por ciento de la población latina mayor de 20 años, o sea, 2.5 millones.
Otro dato no muy favorable es que los latinos son más propensos a ser obesos, especialmente los niños, mientras que entre los adultos la tasa de obesidad supera el 30 por ciento en 29 estados, según los datos más recientes del proyecto The State of Obesity.
Aunque ha habido progresos, la falta de espacios seguros y comidas saludables los vuelve más vulnerables al exceso de peso.
Rodríguez de King afirmó que hay factores externos bien identificados que coadyuvan a la obesidad, como es la migración y con ello el cambio de dieta, la falta de actividad física, una comida no adecuada y hasta la ansiedad.
“En América Latina la dieta es más de alimentos naturales que en Estados Unidos. Generalmente se come el maíz, el arroz diferente tipo de carne, verduras y sopas”, señaló.
“Aquí muchas veces la premura de ir al trabajo y no tener tiempo de llegar a cocinar a los niños se les da comida rápida o uno mismo se la come”, explicó Rodríguez de King.
“Siempre les digo a mis pacientes que traten de mantener la alimentación de nuestros países e inviten a los niños a que participen”, pues la ansiedad, la tristeza y la depresión, también son factores que afectan.
“El inmigrante cuando sale de su zona de confort en cualquier parte del mundo deja a su familia y sus amistades y se encuentra solo y ese tipo de manifestaciones emocionales no las tomamos en cuenta y muchas veces derivan en que la persona opte por las drogas o el alcoholismo”, expresó.
La doctora señaló que también está la diabetes que se trae en un gen y que es familiar.
