Un directo al corazón de Messi a tres semanas de su regreso a Argentina

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Vista hoy de impactos de bala en el supermercado de la familia de Antonela Roccuzzo, que fue atacado a tiros por dos personas cerca de las 3 de la madrugada, en Rosario (Argentina). EFE/Franco Trovato Fuoco

Buenos Aires, 2 mar (EFE).- Astro a nivel mundial y considerado uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, Lionel Messi, el capitán de la selección argentina, es, por encima de todo, hijo de Rosario, la misma ciudad que vio nacer a Ernesto ‘Che’ Guevara, a Fito Páez y a Roberto Fontanarrosa.El ganador de cuatro ‘Champions’, 10 Ligas españolas, 8 Supercopas, siete Copas del Rey, tres Mundiales de Clubes, una Copa América y una Copa del Mundo, entre otros títulos colectivos e individuales, como sus 7 Balones de Oro, estrella indiscutible del F.C. Barcelona entre 2004 y 2021 y ahora del francés PSG, Messi siempre vuelve a casa.El lugar donde la ‘Pulga’ nació y del que se fue con solo 13 años para seguir creciendo física y deportivamente es el mismo al que cada diciembre regresa para las fiestas navideñas, como ocurrió después del mayor triunfo de su carrera, el que faltaba en su palmarés, ese que hacía desigual la comparación con el histórico ’10’ argentino, Diego Armando Maradona: el Mundial.Por eso, el ataque perpetrado contra el supermercado de la familia de su esposa, Antonela Rocuzzo, sobre el que en plena madrugada de este jueves descerrajaron 14 tiros, es un directo al corazón de Messi, máxime cuando solo faltan tres semanas para su regreso a Argentina.AMENAZA PREVIA A LOS AMISTOSOS La Albiceleste, liderada por Lionel Scaloni, jugará los próximos 23 y 28 de marzo con Panamá y Curazao en sendos amistosos que supondrán la presentación deportiva en casa de los actuales campeones del mundo.Entre ellos, sin duda, estará Messi, quien se espera viaje desde París el 20 de marzo para ponerse a las órdenes del técnico que acaba de renovar contrato hasta 2026.Los encuentros se disputarán en Buenos Aires y Santiago del Estero, por lo que no habrá opción de viajar a Rosario, donde viven familiares y amigos de Messi y Rocuzzo.Su localidad natal es, ahora mismo, considerada la ciudad más castigada por la violencia en Argentina, golpeada por la acción de bandas de narcotraficantes.De hecho, lo más llamativo del ataque de este jueves es el mensaje mafioso que fue dejado en el ataque: “Messi te estamos esperando. (El alcalde de Rosario, Pablo) Javkin también es narco no te va a cuidar (sic)”.Lejos de una gran prolijidad, el texto estaba escrito a mano sobre un pedazo de cartón, sin respeto por normas gramaticales y fue abandonado en el lugar de los hechos, buscando la enorme notoriedad que ha alcanzado por su destinatario.Además de las reacciones políticas por el hecho de inseguridad en sí, el testimonio que ha puesto el dedo en la llaga es el de Gabriel Heinze, su excompañero en la selección argentina y hoy técnico del Newell’s Old Boys, el equipo rosarino del que salió Messi y al que siempre se rumorea podría regresar antes de retirarse.”Esto atenta a todo, a toda persona y a todo lo que es esto. Por supuesto, esto aleja a Leo y a cualquier otro. Estamos hablando de esto porque es Leo, pero también hay muchos chicos a los que les gustaría volver (a Argentina)”, aseveró el ‘Gringo’.El exfutbolista del Manchester United, Real Madrid, Olympique de Marsella y Roma, entre otros equipos, calificó de “locura” lo sucedido este jueves, al tiempo que consideró que fue “una irresponsabilidad” suya regresar a Argentina.”Es la verdad, no lo pensé. Me llevaron a otras cosas la decisión, pero sí reconozco que es una irresponsabilidad de mi parte”, subrayó con dureza.¿PELIGRO?Ante la próxima llegada de Messi, el ministro de Seguridad argentino, Aníbal Fernández, declaró que “por supuesto” podría existir una custodia especial para el delantero del PSG si él lo solicita cuando llegue a Argentina.No obstante, el jugador sigue en silencio tras lo ocurrido.De su entorno solo se conoce una declaración de su madre, Celia María Cuccittini, a una periodista local: “Nunca nos movimos con custodia, llevamos una vida normal”.Más allá de este hecho, resulta inevitable acudir a las escenas vividas en diciembre pasado, cuando se cuestionó el peligro que los internacionales habían afrontado con motivo de los festejos por el Mundial.Casi cinco millones de personas salieron a las calles de Buenos Aires a celebrar y la mayoría se quedaron con las ganas de ver a sus ídolos de cerca, pues estos debieron ser evacuados en helicóptero ante la imposibilidad de que la caravana avanzase.En aquel momento varias voces subrayaron que los futbolistas -todos ellos, salvo Franco Armani, jugadores de ligas extranjeras-, habían estado dos veces en peligro en unas horas en Argentina: una, recién llegados de Catar, cuando iban a acceder al recinto deportivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y un cable a la altura del autobús pudo descabezar a alguno; otra, cuando en plena celebración del 20 de diciembre, dos hombres se lanzaron desde un puente sobre el vehículo. Sin considerar las excepciones como una norma, lo que sí resulta cierto en esta jornada es que la próxima llegada de Messi estará teñida de un sabor amargo por lo acontecido a su familia política en su ciudad natal: todo un directo al corazón. Concepción M. Moreno

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