Parturientas de minoría reciben menos terapia para fuerte dolor de cabeza

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Fotografía de archivo que muestra una mujer embarazada. EFE/Zayra Mo

Washington, 21 abr (EFE). Un estudio realizado con cerca de 9.000 parturientas en hospitales del estado de Nueva York encontró que las latinas y afroamericanas reciben menos tratamiento que las blancas para el fuerte dolor de cabeza que puede ocurrir tras la punción lumbar para administrar anestesia, según un estudio publicado este jueves.
La investigación la encabezó Allison Lee del Centro Médico Irving en la Universidad de Columbia, Nueva York, y lo publica la revista de la Asociación Médica Estadounidense.
“Hay una necesidad de atender las desigualdades raciales y étnicas en el manejo y prevención de complicaciones graves asociadas con la administración de anestesia obstétrica”, afirmaron los autores.
La cefalea, o dolor de cabeza muy fuerte, tras la punción lumbar es una complicación frecuente de ese método usado para diagnósticos, terapias o la anestesia regional. Típicamente ocurre horas o pocos días después y afecta la nuca, el frente de la cabeza y puede extenderse al cuello.
Con 3,5 millones de partos anuales en Estados Unidos y aproximadamente el 80 % de las parturientas tratadas con la anestesia local por punción lumbar, la cefalea post punción y sus complicaciones pueden contribuir a enfermedades graves.
Un tratamiento común para aliviar ese dolor es el uso del parche hemático epidural (EBP, en inglés), un procedimiento que usa sangre del propio paciente para cerrar uno o varios de los orificios en la duramadre de la columna vertebral causados en la punción.
Lee y su equipo analizaron los registros de alta en estado de Nueva York entre enero de 1998 y diciembre de 2016 sobre madres con edades entre 15 y 49 años que habían sufrido ese dolor tras la anestesia local para el parto.
Entre 1,9 millones de partos en los que se empleó el procedimiento de punción, hubo 8.921 mujeres afectadas por la cefalea, y en ese contingente las afroamericanas fueron el 11,5 %, las hispanas el 14,6 % y las blancas el 55,6 %.
De las pacientes que sufrieron ese fuerte dolor, hubo 4.194 madres a quienes se les hizo el tratamiento del parche hemático epidural.
“Un total de 2.650 pacientes blancas, esto es el 53,4 % de ellas, usó un EBP, una tasa significativamente más alta que entre las pacientes hispanas (41,7 %) o las pacientes afroamericanas (35,7 %)”, señaló el estudio.
El dolor de cabeza tras la punción de la duramadre se caracteriza por un dolor severo que puede demorar la recuperación maternal y la salida del hospital, que limita la capacidad de las madres para cuidar del recién nacido y puede conducir a dolores de cabeza crónicos.
Asimismo, esa afección puede llevar a la depresión post parto y complicaciones del sistema nervioso central.

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