Creador del Librotraficante lamenta nueva guerra contra textos sobre minorías

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Tucson (AZ), 11 abr (EFE).- El ataque de “extremistas” conservadores a libros que relatan la lucha contra el racismo y la discriminación a las comunidades latina, afroamericana y LGBTQ para vetarlos en las escuelas públicas de varios estados está “matando” el sueño americano, dice a Efe Tony Díaz, fundador y director del movimiento educativo Librotraficante. 

Díaz ha revivido por estos días su lucha de hace diez años, cuando fundó en Arizona la caravana Librotraficante para llevar a las comunidades los textos “prohibidos” en respuesta a la aprobación de una ley en Arizona que terminó con los programas de estudios étnicos mexicoamericanos en las escuelas públicas.

“Extremistas están poniendo en peligro el sistema de educación, están pasando leyes para matar el sueño americano de una mejor educación para nuestros jóvenes latinos”, se lamentó Díaz sobre iniciativas al respecto en Texas, Tennessee y Florida, entre otros estados.

Legisladores conservadores están tratado de que las escuelas públicas prohíban más de 800 libros en las aulas y las bibliotecas que versan sobre violencia y el racismo en contra de la comunidad de nativos estadounidenses, la brutalidad policiaca, el aborto, la educación sexual y temas relacionados con la cultura latina.

“El derecho de expresión está en peligro”, se lamentó Díaz.

“Debemos luchar por preservar nuestra historia, la cual es parte importante de la superación y el empoderamiento de nuestras comunidades y desafortunadamente estamos viendo que hay gente que no quiere ver esto y está tratando de evitarlo”, agrega.

HASTA QUINCEAÑERAS EN LA MIRA

Un ejemplo de los libros en la mira de conservadores es “Quinceañera”, de Ilan Stavans, sobre la importancia de esta tradición entre la comunidad latina.

El pasado marzo 26 legisladores de Texas enviaron una carta a distritos escolares pidiéndoles no comprar libros “pornográficos” y “obscenos” en referencia a “Gender Queer: A memoir”, una memoria en la que Maia Kobabe relata su lucha interna para definir su orientación sexual.

En Tennessee el Legislativo aprobó una ley estatal el año pasado que permite al estado detener los fondos de escuelas donde sus maestros enseñen temas relacionados con la raza y el racismo.

Hace una década, Díaz y otros escritores iniciaron una serie de caravanas para llevar a diferentes ciudades los libros “prohibidos” en Arizona para que estuvieran al alcance de los estudiantes y de la comunidad y ahora planea revivir esas movilizaciones.

Los distritos escolares se habían visto obligados a vetar de sus aulas una serie de libros latinos ante la amenaza de perder fondos públicos.

Entre los libros prohibidos estaban algunos considerados como “clásicos” de la literatura chicana entre ellos “The House on Mango Street”, de Sandra Cisneros, y “Bless Me, Ultima”, de Rudolfo Anaya.

GUERRA CONTRA LA HISTORIA

Diez años después, el escritor y activista considera que la comunidad latina enfrenta una nueva y renovada oleada para tratar de “borrar” su historia.

Subraya que grupos extremistas están utilizando nuevas tácticas para vetar estos libros ante el fracaso que tuvieron en Arizona, donde tras varios años de lucha una corte eliminó la ley aprobada en 2010 calificándola como racista.

“Tienen la misma meta que hace diez años, pero sus métodos han cambiado y por eso nuestra lucha también debe cambiar”, expresa.

Grupos y políticos conservadores rechazan la llamada “teoría crítica de la raza” e impulsan legislaciones que prohíban la enseñanza de temas relacionados con el racismo, al considerar que estos promueven la idea de que “todos los anglosajones” son racistas.

A diferencia de hace una década, estos grupos no tratan de eliminar los programas de estudios étnicos porque saben que fracasarían en las cortes, pero tratan de atacar la literatura mexicoamericana, afroamericana y de la comunidad LGBTQ.

Para contrarrestar este movimiento, Librotraficante prepara nuevas caravanas y planea utilizar las redes sociales, las cuales son una importante herramienta especialmente entre los jóvenes para unirlos e integrarlos a la lucha, según Díaz.

En su opinión, la pandemia de la covid-19 contribuyó para que estos ataques en contra de la literatura florecieran y avanzaran ya que por el distanciamiento social no se pudo hacer grandes eventos.

Sin embargo esto ya ha cambiado y están listos para iniciar una nueva batalla.

“Lo único bueno que ha surgido ante estos ataques es la unión de diferentes grupos minoritarios, los latinos, los afroamericanos, la comunidad LGBTQ. No vamos a permitir que nadie sea discriminado, ni atacado”, dice Díaz.

Explica que seguirán el modelo de Nuestra Palabra de hace 25 años, una coalición de escritores latinos, entre ellos él, que consiste en organizar grupos locales dentro en las comunidades para promover la literatura hispana en varios estados, comenzando con Texas.

Asegura que están pidiendo a la comunidad no solo que lea los libros amenazados, sino que escriban y cuenten las historias de sus familias y de sus comunidades.

El próximo 29 de abril, Librotraficante llevará a cabo una caravana por varias ciudades de Texas no solo para celebrar diez años de lucha, sino para presentar sus nuevos planes.

“Nuestra historia nadie la puede borrar, es parte de nuestra esencia, de quienes somos y la vamos a defender”, finaliza.

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