El icónico flamenco rosa de Florida regresa a casa

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Miami, 14 feb (EFE).- El icónico flamenco rosado abunda en camisetas, billetes de lotería y moteles de Florida, a pesar de que hace más de un siglo prácticamente desapareció de su hábitat natural diezmado por el gran valor de su plumaje, pero ahora, por primera vez, algunos ejemplares han regresado a los humedales donde anidaron sus antepasados.

Y es que, al margen de ser un componente cultural emblemático de Florida, avistar en buena parte del siglo pasado un ejemplar de flamenco rosado (o americano) en el “estado del sol” era un ejercicio solo posible bajo el uso de psicotrópicos.

La situación parece haber cambiado. Los esfuerzos y la gigante inversión financiera federal para restaurar la gran reserva natural de los Everglades (1,5 millones de acres) y su flujo de agua en el sur de Florida están dando frutos, y este no sería uno menor.

LOS FLAMENCOS VUELVEN A CASA

Entre los que ven señales alentadoras está Jerry Lorenz, director de investigación de la organización ambientalista Audubon Florida, un convencido de que los flamencos están regresando a casa, a los humedales que sobrevolaron en el pasado en bandadas armoniosas.

“Están volviendo y, aunque actualmente los números en el estado son muy bajos, este año parece haber muchos más avistamientos de flamencos que en años anteriores”, dice a Efe Lorenz.

Comenta que “apenas pasa una semana sin que reciba informes de la presencia de un flamenco americano visto en algún lugar del sur de Florida”, generalmente en el variado ecosistema de los Everglades o en los Cayos, en el extremo sur del estado.

Donde hay agua hay aves. Por eso, prosigue, unos Everglades “saludables y restaurados” son clave para “restablecer la presencia de los flamencos de forma permanente” en los estuarios de este humedal o incluso en la Bahía de Florida y los Cayos.

No cree Lorenz que sea coincidencia que la “reciente afluencia” de esta enigmática ave acuática coincida con la “finalización” de algunos de los importantes proyectos de restauración de los Everglades.

Es más, está convencido de que “el número de flamencos seguirá aumentando” a medida que la rehabilitación del humedal se acerque a su término, quizá hasta vuelvan a anidar en Florida como era común a finales del siglo XIX y principios del XX.

Una realidad que vino a trastocar completamente la caza masiva de esta especie cuyas plumas solían emplearse como adornos de lujo en los sombreros de las mujeres.

EXTERMINADOS POR EL PRECIO DE SUS PLUMAS

“Fueron prácticamente exterminados por su plumaje para el comercio de sombrerería a finales de 1800 y principios de 1900”, hasta el punto de que mientras las plumas de otras aves se vendían por menos de 10 dólares, “las de los flamencos valían 25 dólares, una fortuna en ese momento”, dice.

A partir de 1902, y durante casi un siglo, desaparece cualquier registro de avistamiento de esta ave que mide alrededor de 1,25 metros de altura y es reconocible por su distintiva apariencia de color rosa, extremidades delgadas, un largo cuello y pico curvado.

Durante la década de 1970 se detectó de forma aislada algún que otro ejemplar o pareja de esta especie, de forma esporádica, pero todo cobró un nuevo rumbo, más esperanzador, con el avistamiento de una bandada de 150 flamencos en el humedal de los Everglades en 2014, a la que han seguido constantes reportes de su presencia aislada o transitoria.

Confía el ambientalista es que se produzca una suerte de punto de inflexión en la presencia de flamencos en Florida, “no solo de pequeños grupos o ejemplares aislados”, sino de forma “permanente” para que la Comisión para la Conservación de la Pesca y la Fauna de Florida (FWC) decida sumarlos a la lista de especies amenazadas o en peligro de extinción, donde no figuran todavía.

AÚN POCOS AVISTAMIENTOS, PERO PROMETEDORES

“Ha habido algunos informes más de flamencos en Florida, pero nada significativo”, dice a Efe, por su parte, Adrienne Fitzwilliam, coordinadora del área de conservación de aves de FWC.

En ese contexto, la FWC da veracidad a un “creciente cuerpo de pruebas a lo largo de los años” que sugiere que “al menos algunos flamencos rosados en Florida han llegado por su cuenta desde fuera del estado”.

Considera Fitzwilliam, al igual que Lorenz, que los flamencos americanos son una “especie nativa” de partes de Florida y que desaparecieron del estado a principios del siglo XX. Este es un buen punto de acercamiento, pese a la decepción de Audubon ante el rechazo de la agencia federal a “otorgar a la especie el estatus de amenazada o en peligro de extinción”.

Pero Lorenz mantiene la esperanza de que, con la “exitosa restauración de los Everglades, los flamencos rosados vuelvan a ser una vista común en el sur de Florida y, quizá, incluso aniden aquí durante mi vida”, dice esperanzado.

“Con suerte, volveremos a ver flamencos por miles en Florida, como antes de que fuesen cazados hasta su extinción aquí a principios del siglo XX”, pronostica con optimismo el director de Audubon Florida.

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