Por Anahí Hernández:
Las venas varicosas son venas que se agrandan, doblan e inflaman, generalmente se encuentran en las piernas, también se manifiestan como hemorroides o en los testículos. Las válvulas no dejan que la sangre regrese al corazón haciendo que la sangre se acumule, estrechando las venas y estancando la sangre. Las venas en forma de araña son más molestas pero menos dolorosas o dañinas.
El estreñimiento, la obesidad, el levantamiento de pesas, la ropa apretada, la menopausia, el cruzar las piernas al sentarse, el mantenerse durante mucho tiempo parado, la falta de ejercicio, ciertas condiciones hereditarias, así como los embarazos son factores de riesgo para padecer venas varicosas.
Sus síntomas son: cansancio, dolor en las piernas, pesadez, comezón y calambres nocturnos. Existen algunos tratamientos y ejercicios que se recomiendan hacer para tratar y evitar problemas de circulación. El uso de calcetines de soporte para las venas pequeñas puede ser beneficioso, así como el uso de medias para los casos más graves.
La dieta para las venas varicosas consiste en abundantes frutas y verduras frescas, además de pescado, se recomienda comer fresas, moras negras, cítricos, trigo sarraceno y albaricoque. Debe evitarse fumar, además de consumir demasiada sal, chatarra, alcohol, alimentos fritos, refinados y procesados.
Como nutrientes para fortalecer las paredes capilares se recomiendan los bioflavonoides, vitamina B, C y E (400 UI/día). La vitamina E ayuda a dilatar los vasos sanguíneos.
Personas propensas deben realizar ejercicio adecuado como caminar lo más rápido que se pueda y brincar, el yoga y los ejercicios de estiramiento ayudan a mejorar la circulación. También se recomienda elevar las piernas como medida preventiva y evitar estar sentado durante más de 3 horas.
Fuente: Almanaque de nutrición. Sexta edición. Mc Graw Hill.
