Agotado por la covid, el personal médico mira con miedo un futuro “terrible”

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Phoenix (AZ), 9 dic (EFE News).- La falta de precaución ante los contagios ha ocasionado una nueva ola de covid-19 y los hospitales ya se encuentran casi a plena capacidad, mientras los trabajadores de la salud están agotados y temerosos de enfrentar un panorama mucho más grave que el vivido al principio de la pandemia.

Las recientes festividades, así como las marchas masivas llevadas a cabo por manifestantes y los mítines electorales, han empeorado la situación en las salas de los hospitales, orillando a los doctores a trabajar jornadas dobles y en el peor de los casos contagiarse del coronavirus

Erika Hernández, responsable de intubar a los enfermos de covid-19 en dos hospitales de Arizona, relató a Efe que ella se contagió del virus y que ahora su madre está conectada a un respirador artificial “luchando por su vida”.

“Dejé de ver a mi madre por siete meses para no ponerla en peligro. Al principio se cuidaba mucho, pero la desesperación de estar encerrada cuidando a un hermano con discapacidad la distrajo y se contagió”, dijo la especialista pulmonar.

Carmen, de 60 años, ahora se encuentra intubada en un hospital de Arizona y es a atendida por Hernández, su hija, quien asegura que esta situación es “terrible”, y que “la gente debe de tomar verdaderas precauciones contra el virus”.

“Ella quería sobrellevar su enfermedad en casa, pero vi que su nivel de oxígeno llegó a 88 %, la interné el lunes y para el jueves ya estaba con un respirador. Esta enfermedad es real y la gente debe entenderlo”, advirtió Hernández, y dijo que ya recibieron entrenamiento de los hospitales para una situación “peor” que la que ya vivieron en los meses críticos de la pandemia.

Debido a la experiencia que está viviendo con su madre, aseguró que tuvo que humanizar más su trabajo como proveedora de salud hacia sus pacientes. “Nosotros somos los únicos que estamos con ellos, somos sus únicos ojos afuera en el mundo”, expuso.

A principios de noviembre, el número de personas hospitalizadas por covid-19 en Estados Unidos igualó los picos de abril y julio, de alrededor de 60.000, y la cifra siguió creciendo rápidamente hasta rebasar los 100.000 a principios de diciembre. Y este 8 de diciembre el país llegó a 15.151.472 de casos confirmados del coronavirus y a 286.117 fallecidos por la enfermedad, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

Los doctores viven una pesadilla y pronostican el colapso de los sistemas hospitalarios y de atención médica en todo el país, y temen un escenario mucho más trágico debido a la falta de conciencia de la población, que continúa saliendo y organizado convivencias.

“Trato de ser optimista, pero es difícil hacer entrar a la gente en razón. Muchos han corrido con la suerte de que han sentido los síntomas de un resfriado; es cuando se crea otra perspectiva. Pero cuando pierden un familiar es cuando se dan cuenta de la magnitud del virus”, dijo a Efe el doctor Arturo Rodríguez, quien tiene meses trabajando en primera línea como parte del personal de una de las redes más grandes de hospitales de Arizona.

El galeno aclaró que ya esperaba un panorama “trágico” por la falta de conciencia de las personas que tienen la idea de que “a ellos no les va a pasar”, aunada a las celebraciones y los incrementos de enfermedades respiratorias por la época invernal.

“Los hospitales se están saturando y ya no están usando el mismo criterio de antes para atender personas. Hemos perdido más gente durante esta pandemia que en la Primera Guerra Mundial. Tenemos que ser humildes ante esta situación y responsables por la vida de los demás”, sostuvo.

Desde el comienzo de la pandemia, los expertos en salud pública advirtieron sobre la posibilidad de que los pacientes con coronavirus excedieran la capacidad de los hospitales y de que esto merme la atención en las urgencias de otras enfermedades.

La calidad de la atención “ya cayó”, reconoció la doctora Hernández, y señaló que los estadounidenses que necesitan camas de hospital por cualquier otro motivo tendrán dificultades para encontrar un espacio.

“Ya empezamos: estamos sin cuartos, sin espacios. Ahora tenemos más personas contagiadas del virus. Es demasiada la gente que está acudiendo a los hospitales y tenemos que dejar esperando a las personas que requieren de una emergencia porque ya no hay cuartos”, explicó.

Hernández, quien padeció un cuadro complicado a causa de la covid-19 en abril y que perdió a un “querido” compañero de trabajo en el hospital a causa del virus, aconsejó a las personas ser más conscientes ante la situación y ser empáticas con el sufrimiento de los demás.

“Esto es horrible para nosotros. Tenemos que decidir sobre la vida de las personas; estamos haciendo el trabajo de Dios y es muy estresante porque somos seres humanos. Prometimos dar lo mejor del cuidado médico, y cuando la situación nos rebasa, es muy fuerte”, reconoció.

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