MIEL DE ABEJAS, TODO UN MANJAR.

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Por Anahí Hernández:

La miel pura (no industrial), es uno de los recursos naturales que más se ha aprovechado por los seres humanos, desde los textos clásicos de medicina. La miel aparece como un recurso importante para tratar heridas, dolores y enfermedades; tiene diversas propiedades alimenticias y gran potencial curativo. De composición compleja y rica en nutrientes, enzimas, antioxidantes, aminoácidos, vitaminas, minerales y ácidos orgánicos, que no sólo le conceden a la miel beneficios nutricionales sino además, terapéuticos. ¿Cuál es el problema con la miel industrial? Durante el proceso de pasteurización se destruyen la mayoría de sus nutrientes.

La miel proporciona una excelente fuente de energía natural; formada por carbohidratos en su forma más fácil de digerir para nuestro organismo. A pesar de dar energía y contener glucosa y fructosa, el balance entre estos dos nutrientes no permite aumentar de manera significativa los niveles de glucosa en sangre, estudios han demostrado que la miel no aumenta la glucosa ni los niveles de insulina en sangre de manera significativa.

La miel varía en textura, color e incluso sabor dependiendo de su lugar de origen así como de las flores de las que se reunió el néctar para formar la miel. Hasta dos veces más dulce que el azúcar de caña y de remolacha, por lo que se necesita menor cantidad para endulzar alimentos.

Como nutrientes contiene grandes cantidades de carbohidratos simples. Niveles medios de minerales como calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio, siendo estos los minerales más comúnmente encontrados en la miel, además contiene trazas de vitaminas E, C, D y complejo B. Grandes cantidades de antioxidantes como flavonoides y fenólicos. En ella podemos encontrar la mitad de los aminoácidos existentes (la deficiencia de aminoácidos se relaciona a problemas como insomnio, depresión, trastornos alimenticios, etc). También se encuentran ácidos orgánicos como el cítrico y el acético.

Reduce es estrés metabólico, y ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre, a pesar de ser un alimento alto en carbohidratos, debido a su porción de fructosa y glucosa, que permite que la glucosa sea captada por el hígado para la formación de glucógeno como reserva de energía (esta reserva evitará la liberación de hormonas del estrés), disponible para órganos como el cerebro, el corazón, los riñones y las células rojas de la sangre. Esto mejora el funcionamiento de los tejidos y órganos esenciales, eliminando la glucosa de la circulación y reduciendo su nivel en sangre.

La miel también ayuda a la función cerebral. Nuestro cerebro necesita recibir la energía necesaria para su correcto funcionamiento. Las neuronas necesitan del calcio para originar la señal eléctrica, que se conduce de una neurona a otra para comunicar los mensajes. Si no hay suficiente calcio, el cerebro no funciona de manera correcta. El calcio además es conocido por su función en prevención y tratamiento de osteoporosis y problemas óseos. Estudios han demostrado que la miel natural ayuda a absorber y a fijar el calcio en el cuerpo, favoreciendo así a una función cerebral correcta.

La miel por la presencia elevada de fructooligosacáridos (FOS), tiene un efecto laxante suave por lo que combate el estreñimiento y es benéfica para nuestra flora intestinal.

Antiséptico natural con efecto antibiótico (tomado y tópico) la miel es una de las mejores opciones para el tratamiento del acné causado por bacterias. Por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas (antihongos) que estimulan el sistema inmunológico. La miel es de los pocos alimentos que no tienen fecha de caducidad debido a que por sus propiedades, la mayoría de las bacterias no pueden desarrollarse en ella. Auxilia también en el tratamiento de heridas, úlceras e incluso quemaduras. Además de proveer a la piel y labios propiedades curativas y suavizantes.

La miel posee además un efecto tranquilizante,  que ayuda a la inducción del sueño, debido a que la secreción de insulina tras su ingesta, permite al triptófano entrar en el cerebro con mayor facilidad y esto permite la secreción de melatonina, hormona que además de regular el sistema sueño-vigilia, regula los ritmos cardíacos, mejora la inmunidad y facilita la reconstrucción de los tejidos durante el sueño.

El consumir miel natural de la región donde se vive antes de la temporada de alergias, puede auxiliar al cuerpo para aceptar sin rechazo el polen y que la alergia disminuya. En el momento agudo de la alergia no es recomendable ingerir miel, además en personas con tendencia a alergias alimentarias o estacionales, es mejor acudir primero a un médico especialista en alergias antes de consumirla o utilizarla de manera tópica.

No debe alimentarse con miel a los bebés, ya que existe la probabilidad de botulismo, una bacteria mortal, de las pocas bacterias que sobreviven en la miel, pero no solo se encuentran en este alimento sino en el medio ambiente, es inofensiva para los adultos pero el sistema digestivo de los niños pequeños no está preparado para destruir a esta bacteria. Además, puede desencadenar alergias en los más pequeños de la casa, por lo que NO SE DEBE DAR MIEL A MENORES DE UN AÑO y es preferible esperar a los 2 haciendo primero una prueba en el antebrazo del menor.

La miel natural tiene muchos beneficios para la salud, en cambio la miel adulterada, mezclada o que ha sido sometida a altas temperaturas no es sana.

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