Fairfax, 19 May (Notimex).- Contra lo que pensaban muchos defensores del medio ambiente, en medio de la pandemia de la COVID-19 y la crisis económica resultante, la opinión pública estadounidense sobre el cambio climático se ha mantenido estable y, en algunos casos, alcanzó máximos históricos.
El Centro de Comunicación del Cambio Climático de la Universidad George Mason, en Virginia, señala que la comprensión de los estadunidenses de que está ocurriendo el cambio climático ha empatado el máximo histórico anterior (73 por ciento), mientras que solo el 10 por ciento cree que el calentamiento global no está ocurriendo.
Del mismo modo, la comprensión pública de que el calentamiento global es causado por el hombre también alcanzó el máximo histórico (62 por ciento).
Los investigadores mencionan que “esto es aún más notable cuando te das cuenta de que los ciudadanos están escuchando sobre el calentamiento global con mucha menos frecuencia en los medios, ya que la COVID-19 y la economía dominan las noticias”.
En noviembre de 2019, el 35 por ciento de los encuestados afirmaron haber escuchado sobre el calentamiento global en los medios, al menos una vez por semana. Para abril de 2020, había caído 11 puntos porcentuales, al 24 por ciento.
Pero las cifras recientes sugieren que la opinión pública sobre el cambio climático no solo ha aumentado en los últimos años, sino que se ha solidificado, por lo que se ve menos afectada por los cambios en la atención de los medios.
También encontraron que la mayoría de la poblaciónestá interesada en el tema del calentamiento global, mientras que relativamente pocos se sienten aterrados, deprimidos o culpables. “Específicamente, una mayoría está interesada en más noticias sobre el calentamiento global, especialmente sobre la acción climática”.
El informe del Centro incluye muchos otros resultados importantes, incluidas las percepciones de riesgo de los estadounidenses, el compromiso personal y social con el tema, las creencias sobre cómo el calentamiento global está afectando el clima, la preocupación por los eventos climáticos extremos locales y las prioridades de adaptación para sus gobiernos estatales y locales.
