Áreas rurales regresan al pasado para enfrentar efectos de la pandemia

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A horse grazes in front of smoke filled skies near Ft. Collins, Colorado USA, 11 May 2012 as the High Park Fire continues to burn out of control in the foothills of the Rocky Mountains. EPA/BOB PEARSON/File

Denver (CO), 6 abr (EFE News).- La mayoría de los condados en donde no ha llegado el coronavirus son rurales, aislados y en su mayoría su población es de bajos recursos y ante la pandemia han regresado a formas del pasado para enfrentar sus efectos.
“En las zonas rurales vemos un alto nivel de pobreza. Pero lo que no tenemos en dinero lo tenemos en abundancia de recursos naturales y de familias que han residido en el área por mucho tiempo”, dijo a Efe Liza Marron, directora de la Coalición de Comidas Locales en el Valle de San Luis, en el sur de Colorado.
“Aquí hemos vuelto a la granja, la jardinería, la caza y la pesca. Tenemos que hacerlo porque no llegan los productos a las tiendas de alimentos, ni siquiera los productos más básicos”, agregó.
En el Valle de San Luis se concentra un alto porcentaje de hispanos cuyas familias en algunos casos llegaron a finales del siglo XVI. Esa área y sus condados vecinos en el sur y el suroeste de Colorado padecen uno de los más altos índices de pobreza en el estado.
“Estamos combatiendo una pandemia global a oscuras” dijo Liane Jollon, directora de Salud Pública de la Cuenca de San Juan, distrito que abarca los condados de Archuleta y La Plata.
Según la funcionaria, esos condados “carecen totalmente” de los elementos necesarios para saber incluso cuántas personas contagiadas con el coronavirus residen en el área. Quizá por eso, especula, se cree que los condados rurales no tienen infectados cuando en realidad podría no ser el caso.
Según la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos inicia esta semana, prevista por las autoridades como una de las “más duras y tristes”, con más de 337.000 casos y 9.654 muertes, estadísticas que reflejan una incidencia mayor del COVID-19 en las ciudades que en zonas rurales.
No obstante, la llegada de personas que tienen en las montañas su segunda casa para vacaciones o que simplemente quieren “escapar” de la ciudad ha comenzado a tener un impacto en la infraestructura sanitaria, usualmente limitada, de esa comunidades.
Para evitar la llegada de estas personas, numerosos condados enclavados en zonas rurales y de montaña (como Pitkin y Summit en Colorado) prohibieron el alquiler vacacional a corto plazo.
VOLVER AL PASADO
Unas 65 familias de granjeros hispanos en la localidad de Mosca (de 720 personas) en el condado Alamosa, Colorado, quienes -sin la mano de obra mexicana que habitualmente para esta época ya llegó a la zona- han intensificado la producción local de alimentos como harina, papas, zanahorias, frijoles, maíz, carne, jugos, huevos y quesos.
Como en los tiempos antiguos, dos veces a la semana se organiza una feria de intercambios entre los granjeros y venta al público. Pero la tecnología moderna no queda excluida: los granjeros han creado una plataforma de ventas en línea y se han distribuido la tarea del reparto a domicilio.
“Así pagan sus cuentas”, subrayó Marron, para quien eso es una “gran lección” porque demuestra que “la localización triunfa sobre la globalización”. O, dicho de otra manera, “las relaciones familiares y los granjeros vuelven a ubicarse a la vanguardia del país”.
Y eso se ve, dijo, en una fábrica que ha vuelto a producir tortillas (mexicanas), en la gente que sale a cazar y pescar -y que lo que caza o pesca luego lo reparte entre los vecinos-, y en aquellos que van a los bosques a cortar leña para las cocinas comunitarias donde se prepara el alimento.
“Eso nos hace resistentes. Comemos lo que cosechamos y comemos en familia”, expresó.
Los granjeros de Mosca colaboran con el Plan de Colorado para Terminar con el Hambre y donan lo que pueden a bancos de comida locales, y también a restaurantes y organizaciones comunitarias en otras ciudades del estado y del resto del país.
“No tenemos una gran masa de población, pero la gente del Valle de San Luis está cultivando alimentos para todo el país. Este es nuestro rincón del mundo. Somos una comunidad increíblemente resistente y sabemos lo que es ser autosuficientes”, dijo Christi Bode, coordinadora de un grupo comunitario y productora ejecutiva de la firma Moxiecran Media en Del Norte, Colorado.
“Mientras todos se preocupan por la situación actual, nosotros ya nos estamos preparando para la cosecha de la próxima temporada. Tan seguros estamos”, agregó.
Pero el creciente desempleo, el aumento de personas desamparadas, la escasez de tecnología (muchas residencias carecen de acceso a internet) y el sobrecargado sistema de salud han comenzado a limitar la capacidad de los residentes en Mosca, Del Norte y otras localidades rurales para “cuidarse a sí mismos”.
Algunos condados como Mesa (oeste de Colorado) anunciaron la contratación de personal por 90 días, con un salario mínimo de 15 dólares la hora.
En otros lugares con menos recursos podría verse un aumento de los contagios e incluso de la criminalidad o de abusos, advirtió el abogado Jason Flores-Williams, de Denver, experto en derechos de personas desamparadas.
“El Gobierno debe cumplir su obligación respecto a la salud pública y tomar inmediatamente las medidas necesarias para mitigar las condiciones de los desamparados, los invisibles, los sin voz y los más vulnerables durante esta crisis”, comentó.
En rueda de prensa reciente, el senador republicano Jerry Sonnenber y la representante demócrata Barbara McLachlan reconocieron que algunos de los condados más afectados socialmente por la crisis son aquellos con mayoría hispana.
Sonnenber representa a dos tercios de los condados del este de Colorado, “una zona tan remota que resulta difícil encontrarla en los mapas de Google”. Y McLachlan representa a seis condados del sur de estado (entre ellos Archuleta y La Plata).
“Tenemos voces y necesitamos usar nuestras voces”, dijo McLachlan.

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