México, 27 nov (EFE).- Un nuevo frente se abrió en la compleja relación entre México y Estados Unidos cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que busca designar a los cárteles como terroristas, lo que podría traer graves consecuencias para México.
La nueva polémica nació el fin de semana cuando trascendió que las familias mormonas víctimas de la masacre el 4 de noviembre en Sonora ( norte de México) hicieron un llamamiento a la Casa Blanca en el que pedían ayuda y tachaban a los cárteles de “terroristas”. “¡Y es hora de reconocerlo!”, zanjaban.
Esta comunidad mormona, que es binacional, padeció una de las masacres más brutales en la historia reciente cuando en una aparente confusión entre grupos armados acribillaron a seis niños y tres mujeres de sus familias completamente indefensos.
El lunes, el ministro mexicano de Exteriores, Marcelo Ebrard, vio “innecesario” calificar de terrorismo la actividad de los cárteles, y defendió el trabajo conjunto entre ambas naciones en el caso.
Ese mismo día, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, agradeció el buen trato con Estados Unidos, pero fue tajante: “No somos vendepatrias” ni vamos a permitir “amenazas” ni “intervención” de Gobiernos extranjeros.
EL GIRO DE ACONTECIMIENTOS
Pero la confianza del Gobierno mexicano se hizo pedazos el martes. En una entrevista, Donald Trump, dijo que “absolutamente” designaría a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras.
“No voy a decir lo que voy a hacer”, respondió Trump, preguntado sobre si usará drones para realizar ataques.
El 5 de noviembre ya había ofrecido a México ayuda militar, pues consideró que era “el momento” de que este país librara “una guerra a los cárteles de la droga” hasta borrarlos. “Le he ofrecido (a López Obrador) que nos deje entrar y limpiarlo todo, pero por el momento ha rechazado la oferta”.
Este mismo rechazo fue expresado este miércoles por un parco López Obrador, quien apeló, como es habitual, a la concordia entre naciones. “Hoy es víspera del Día de Gracias (en EE.UU.). Quiero mandarle un abrazo a los estadounidenses. No es un buen día para la confrontación política”, declaró.
