Esto es sólo algo pasajero

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Barcelona, 6 nov (EFE).- El nuevo tropiezo azulgrana tuvo una lectura en el vestuario del Barça sin demasiada autocrítica y sí cargada de mucha dosis de tranquilidad, tanto que después de haber sido incapaz de marcarle un tanto al Slavia de Praga (0-0) lo que quiso transmitir el grupo barcelonista es que el aficionado tiene que tener paciencia, que una victoria ante el Celta lo puede arreglar todo y que, en consecuencia, esto es sólo algo pasajero.

Con los números en la mesa, al Barcelona solo le queda ganar al Borussia de Dortmund en la siguiente jornada para acabar primero de grupo en la Liga de Campeones y dejar como irrelevante el último partido contra el Inter. Por lo tanto, según el punto de vista del vestuario, parece que no hay motivo para la crítica o la preocupación que se destila en el entorno azulgrana con el equipo.

Esta crítica, en cambio, tiene más que ver con las percepciones que con los números, ya que si bien es cierto que tanto en la Liga como en la Champions el Barcelona trasmite liderazgo por las posiciones que ocupa (primero en ambas), la verdad también revela que el equipo catalán cada día juega peor, lo que le está llevando a acumular ya muchos partidos de mala calidad, unidos a derrotas irreprochables.

Granada, Levante y Slavia se acumulan en la lista de partidos rematadamente malos por parte de los azulgrana, pero a estos encuentros se suman algunos más en Europa donde a pesar de haber salvado los muebles la imagen del juego de los barcelonistas acabó por los suelos, como en el caso del choque contra el Inter, en el que nadie dio crédito a que los azulgrana se alzasen con el triunfo.

Primero fue la excusa de una mala planificación veraniega, en la que faltaron partidos para poner a punto al equipo frente a largas expediciones por el mundo para hacer caja.

Después, el pretexto fue que si la ausencia de Messi por lesión limitaba las posibilidades del equipo. Y ya en el cuarto mes de competición, la nueva disculpa es que el seguidor barcelonista debe tener paciencia.

Así lo manifestó anoche tras el partido contra el Slavia uno de los capitanes del equipo, Gerard Piqué, quien este curso se ha erigido en uno de los futbolistas con mayor presencia ante los medios, en un despliegue que tanto da para lanzar una advertencia a la junta como para después decir que alguna de sus salidas de tono están planificadas.

Lo que sí mostró anoche Piqué, y dio la sensación de que sí estaba bien planificado, fue un tono menos autocrítico que el que exhibió en la jornada anterior el portero Marc ter Stegen, quien pese a la victoria del Barça en Slavia salió ante los medios para verbalizar lo que el entorno azulgrana lleva viendo hace meses: “Nos hicieron ocasiones por no estar bien colocados, y en el gol no puede rematar un jugador solo. Es algo táctico por no estar al cien por cien”.

“Hemos sacado los tres puntos, que es importante, pero es necesario hablar de algunas cosas”, sentenció el 24 de octubre un Ter Stegen que puso en jaque a un vestuario azulgrana que recuperó el tono pausado a través de su técnico en la siguiente comparecencia ante los medios, para afearle Ernesto Valverde al meta que fuese tan explícito ante los medios, algo que dijo que no le hubiese censurado de pronunciarlo dentro del vestuario.

La principal solicitud que hace Piqué al entorno es pedirle “paciencia”, y anoche recordó que en el primer año de Luis Enrique Martínez, el Barcelona vivió desnortado “y al final logramos el triplete”.

Y para Ernesto Valverde, de profesión también desactivador de dramas y apaciguador de exaltados, la cosa es más sencilla: “Vamos a preocuparnos un poquito. Pero nada más”.

Según la visión planteada anoche por el entrenador barcelonista, “si hace tres días estábamos inmersos en una racha de victorias y tres días después se torció todo en un minuto, pues si en tres días entras en un bache significa que en tres días puedes salir”. Así de fácil, conforme a la filosofía del técnico del Barça.

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