Desarrollan en México panales a base de pajillas para preservar a las abejas

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México, (EFE).- Contribuir a la preservación de las abejas mediante el uso de popotes (pitillos, pajillas) de plástico para fabricar panales artificiales es el objetivo de un proyecto piloto que se desarrolla en México, con la perspectiva de que sea replicado en cualquier parte del mundo.

Vivir en un mundo en el que no haya café, manzanas, tomates u otros productos agrícolas pareciera inconcebible, pero la drástica merma en la población de polinizadores como las abejas pone en riesgo al propio ser humano.

Un tercio de la alimentación humana depende de la polinización por insectos, en la que se destaca la abeja de la miel o abeja melífera, que es responsable de polinizar a 71 de las 100 especies de cultivos que proporcionan el 90 % de los alimentos del mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Las abejas han sufrido una grave crisis durante los últimos años, y se calcula que cerca de 30 % de las colonias de abejas en todo el mundo están desapareciendo cada año por enfermedades, plaguicidas y afectación de los ecosistemas.

Para ayudar a la preservación de estos insectos se tienen muchas ideas, entre ellas el proyecto ecológico Last Straw de la empresa Son de Miel, el despacho de diseño digital Praxlab y la agencia creativa Isobar México.

El proyecto consiste en el desarrollo de un prototipo de colmena utilizando popotes de plástico nuevos o usados para crear panales artificiales, de tal forma que las abejas trabajarán menos en construir sus celdas y dedicarán más energía a la reproducción y el aumento de sus colonias.

Ricardo Tovar, gerente de proyectos de Isobar México, dijo a Efe que este proyecto surgió de la necesidad de atender un problema social y ambiental, aprovechando la gran coincidencia de que las cavidades de los panales son del diámetro de los popotes.

“Este proyecto no solo permitirá obtener miel orgánica, sino ayudar a las abejas y reciclar productos plásticos”, comentó.

Cada popote de plástico tarda hasta 200 años en biodegradarse, causando daños irreparables en los ecosistemas. Para contribuir a su erradicación, Last Straw invita a restaurantes y consumidores a dejar de usar popotes y así evitar que contaminen.

El equipo de trabajo contó con la asesoría de académicos especialistas y apicultores, responsables de definir el diseño de la colmena y la aplicación de los popotes.

Actualmente el proyecto se encuentra en la segunda etapa de cuatro etapas previstas, en donde las abejas han mostrado importantes indicios de aceptación del material y ya depositaron miel en los panales artificiales, declaró Fernanda Mantilla, supervisora de cuenta de Isobar México.

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