Analú Martínez, la mujer ‘poderosa’ que rompió paradigmas en Guatemala

0
1450

Madrid, 16 oct (EFE).- Ana Lucía Martínez, Analú para el mundo del fútbol, tiene motivos de sobra para sentirse poderosa: es la mejor jugadora de la historia de su país y la primera que jugó en Europa, triunfa en la Liga Iberdrola en las filas del Madrid CFF y tiene una rica formación académica que incluye los títulos de ingeniera química y máster en Economía.

Pero, por si hubiera dudas, la edición de Centroamérica y República Dominicana de la revista Forbes ha incluido su nombre en la lista de ‘Mujeres Poderosos 2019’ de la región, una nómina en la que la chapina se codea con estadistas, científicas, artistas y líderes sociales. Sin desentonar.

“Tal vez la palabra no sea ‘poderosa’, pero sí me siento muy orgullosa de representar mi país a través del deporte. En mi país y en Centroamérica no se tienen tantas oportunidades como en Europa y para mí es un orgullo que se den cuenta de que también en los pequeños países hay muchísimo talento”, dijo a Efe la jugadora, de 29 años, antes de uno de los entrenamientos de su equipo en el municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes.

“Creo que, sin duda, he roto los paradigmas de la sociedad guatemalteca al ser la primera futbolista jugando a nivel profesional en Europa”, afirmó Analú, que cinco años después de dejar su país, primero hacia Estados Unidos y luego hacia España, considera que fue acertada la decisión de “salir fuera sin saber qué depararía el destino”.

“Ha sido un camino bastante difícil de recorrer y lo más importante es que he tenido el apoyo de mi familia. Ellos son los que siempre han creído en mí, me han apoyado y me dijeron: vete por tus sueños, intenta hacer cosas diferentes”, afirmó la extremo, que mencionó de forma destacada a su madre, fallecida hace 21 meses y a la que recuerda con los dedos hacia el cielo después de cada gol.

“Mi madre fue una mujer feminista, a la que le importaban mucho los derechos de las mujeres en mi país. Y creo que una muestra es lo importante que era para ella ver a su hija hacer cosas por las mujeres”, añadió. “Sin duda, todo lo que soy es gracias a ella. Todos los días le agradezco por las cosas que he logrado en el fútbol”.

Ana Lucía llegó a España para jugar en segunda división en las filas del Dinamo Guadalajara, una etapa en la que percibió “ese choque cultural, ese poco de racismo” por parte de algunas compañeras de equipo que se preguntaban qué hacía entre ellas una jugadora llegada desde Guatemala. “Pienso que era egoísmo más que racismo. Yo veía que con otras españolas no era lo mismo”.

Algo parecido le ocurrió cuando empezó a ampliar en España sus estudios, entre los que ya figuraba la ingeniería. “Mis compañeros al principio me rechazaban o no querían que estuviese en su grupo de estudio. Al conocerme me dieron la oportunidad de ser parte de ellos. Son experiencias que te hacen crecer como persona y madurar”, apuntó la jugadora.

Deja un mensaje /Leave a Reply