Cirugía puede beneficiar a mujeres con dos tipos de incontinencia urinaria

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Maryland, (HISPANIC PR WIRE) – La cirugía para incontinencia urinaria de esfuerzo (fugas que tienen lugar al toser o estornudar) mejora los síntomas de otra forma de incontinencia, llamada incontinencia imperiosa, en aquellas mujeres que sufren de ambos trastornos. Así lo señala un estudio avalado por los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health), cuyas conclusiones desafían las actuales pautas de tratamiento que sugieren que la cirugía podría empeorar la incontinencia imperiosa en las mujeres mencionadas, es decir, que padecen de incontinencia urinaria mixta. El estudio fue publicado por la revista especializada Journal of the American Medical Association. El estudio contó con el financiamiento del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development, NICHD) del NIH y la Oficina de Investigaciones de la Salud de la Mujer (Office of Research on Women’s Health).

“Las mujeres con incontinencia urinaria mixta podrían tener síntomas más molestos que las mujeres que solo sufren de incontinencia urinaria de esfuerzo o imperiosa”, dijo la Dra. Donna Mazloomdoost, médica, coautora del estudio y directora del programa de la Red de Trastornos del Suelo Pélvico del NICHD (Pelvic Floor Disorders Network). “Los hallazgos son prometedores para tratar un trastorno que puede ser difícil de enfrentar con las prácticas clínicas actuales”.

Se cree que entre un tercio y la mitad de todas las mujeres con incontinencia urinaria sufren de incontinencia mixta. La incontinencia imperiosa es resultado de la contracción espontánea de los músculos de la vejiga, cuya consecuencia es la fuerte y repentina necesidad de orinar. La incontinencia urinaria de esfuerzo tiene lugar cuando la orina se filtra tras el aumento de la presión abdominal después de estornudar, toser, reírse o hacer ciertos movimientos que estrujan la vejiga.

Las pautas de tratamiento habitual para la incontinencia urinaria mixta suelen conllevar protocolos independientes para cada modalidad de incontinencia. Por lo general, la incontinencia imperiosa se trata, inicialmente, con técnicas del comportamiento, como tratar de retrasar la micción durante un breve período tras sentir la necesidad urgente de orinar, reducir el consumo de líquidos, practicar ejercicios para fortalecer los músculos alrededor de la vejiga (terapia física para el suelo pélvico) y tomar medicamentos. La cirugía no suele recomendarse en las primeras etapas. La incontinencia de esfuerzo también puede tratarse con ejercicios y muchas mujeres reportan mejora en los síntomas. Sin embargo, la cirugía puede ser una opción para aquellas que no mejoran o deciden no practicar los ejercicios.

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