México y EE.UU, ocho años después, volverán a decidir la hegemonía en la Concacaf

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Chicago, 6 jul (EFE).- La selecciones de México y Estados Unidos cumplieron con los pronósticos de alcanzar la gran final de la decimoquinta edición de la Copa Oro de la Concacaf, que van a disputar este domingo en el Soldier Field de Chicago.
Será la sexta vez que ambas selecciones se enfrentan en el partido por la lucha del título más importante de selecciones de la Concacaf, la primera desde el 2011, con México favorecido por las estadísticas anteriores, cuatro triunfos en su haber y tan solo una derrota, la que sufrieron en la final del 2007 (1-2).
El entrenador argentino Gerardo el “Tata” Martino, que inicia un nuevo ciclo con la selección de México, apenas lleva seis meses al frente del “Tricolor”, es consciente de lo importante que será para su proyecto conseguir el triunfo y el título, el octavo en la historia del torneo.
El equipo mexicano no ha convencido con su juego, pero ha conseguido ganar, avanzar, aunque con suspense en los partidos de cuartos ante Costa Rica, y frente a Haití, en semifinales.
Costa Rica tuvo contra la cuerdas a México, que al final ganó en la tanda de penaltis (5-4), con el arquero Guillermo Ochao de héroe, después que el tiempo reglamentario y la prórroga había dejado el empate a 1-1.
Tampoco brilló frente a Haití, le costó definir ante el gol, y de nuevo tuvieron que irse a la prórroga, donde el delantero Raúl Jiménez, con un penalti más que polémico, marcó el 1-0 que valió el pase a las novena final de la Copa Oro que disputará México.
Precisamente, Jiménez, que tiene ya en su haber cinco goles, empatado en el segundo puesto de los máximos realizadores del torneo, volverá a ser el jugador clave en el ataque de México.
Martino, que no pudo dirigir al equipo frente a Haití por suspensión de un partido tras acumular dos tarjetas amarillas, es consciente que a la Copa Oro, por distintas razones, no ha traído a los mejores jugadores que tiene México, de ahí que no haya podido hacer el mejor fútbol.
Pero también sabe que el partido del domingo frente a Estados Unidos será de vital importancia de cara a poder desarrollar con cierta tranquilidad el nuevo proyecto que ha iniciado con la vista puesta en el Mundial de Catar 2022.
Mientras que para los jugadores mexicanos, especialmente en el caso de los veteranos Ochoa y el mediocampista Andrés Guardado, el nuevo duelo frente a Estados Unidos, actual defensor del título campeón, les la da la doble oportunidad de recuperar para el “Tri” la hegemonía en la Concacaf y vengarse de la única derrota que sufrieron en el 2007, cuando ambos hicieron su debut en la Copa Oro.
Antes habían llegado los triunfos en las ediciones de 1993 (4-0), partido disputado en el Estadio Azteca y la de 1998 por 1-0; para luego conseguir dos nuevas goleadas en la del 2009 (5-0) y del 2011 (4-2), respectivamente, está última con dos goles del delantero Giovani dos Santos, ausente con la selección actual.
Mientras Estados Unidos, que también se encuentra en el inicio de un nuevo ciclo bajo la dirección del entrenador Gregg Berhalter, tampoco hizo su mejor fútbol hasta el partido de semifinales que disputó frente a Jamaica, en revancha de la pasada final, que había ganado por 2-1, que repitió con un 3-1.
Gracias especialmente a los dos jóvenes valores que tiene el fútbol estadounidense como son el delantero Christian Pulisic, nuevo jugador del Chelsea, autor de dos goles ante Jamaica, y el centrocampista, que milita en el Club Shalke 04 alemán, el tejano de 20 años Weston McKinnie, autor de gol del triunfo (1-0) frente a Curazao, en los cuartos de final, y el primero frente a Jamaica.
Aunque Berhalter ha apostado para la Copa Oro por los jugadores que militan en la Liga Profesional de Fútbol de Estados Unidos (MLS), los grandes salvadores del equipo hasta ahora han sido Pulisic, sin discusión, la gran figura del fútbol nacional, y McKinnie, el jugador llamado a tomar el relevo del veterano Michael Bradley.
Ambos equipos llegan invictos a una final, la undécima para el equipo de Estados Unidos, con seis títulos en su poder, que tendrá como escenario al legendario Soldier Fiel de Chicago, donde todo su aforo de 61.500 espectadores está ya vendido con un precio promedio de las entradas que supera los 250 dólares.
Mientras que en el mercado de la reventa, las mismas entradas ya no se pueden conseguir por menos de 800 dólares, lo que asegura que el duelo entre México y Estados Unidos ya tiene al mayor ganador del torneo, la Concacaf, que aseguró unos ingresos millonarios.

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