Los vehículos compartidos se enzarzan en una guerra de precios

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San Francisco, 28 feb (EFEUSA).- Las dos principales empresas de vehículos compartidos del país, Uber y Lyft, han iniciado una guerra de precios entre ellas mediante grandes descuentos con el objetivo de captar más consumidores y ganar cuota de mercado justo antes de que ambas protagonicen su salida a bolsa.
Uber, gran dominadora del sector con una cuota de mercado nacional del 69 % y presencia en 64 países, está ofreciendo a sus usuarios descuentos de alrededor de un 30 % en trayectos, mientras que Lyft, con una cuota de mercado del 28 % y una presencia que se restringe internacionalmente a Canadá, los ofrece del 25 %.
Así, por ejemplo, para recorrer los 53 kilómetros que separan el centro de San Francisco (donde ambas compañías tienen la sede) del centro de Palo Alto (uno de los “núcleos espirituales” de Silicon Valley), Uber ofrecía este jueves un precio de 45 dólares y Lyft, pese a tener un descuento inferior, lo rebajaba a los 44.
Se trata en ambos casos de precios mucho más bajos de lo habitual para un recorrido que puede durar entre 42 minutos y más de una hora según el tráfico, y en la modalidad estándar, es decir, sin ir acompañado en el trayecto por otros usuarios.
Estos descuentos tan agresivos tienen carácter temporal y responden directamente al objetivo de ambas compañías de ganar cuota de mercado en las semanas previas a su salida a la bolsa, que en el caso de Lyft se espera que sea en marzo y en el de Uber se podría retrasar unos meses hasta mayo o junio.
Las empresas quieren mostrar ante sus potenciales accionistas que tienen una base sólida de millones de usuarios sobre la que operar, pese a que las dos firmas siguen perdiendo dinero y una rebaja tan significativa de precios no les ayudará a convertir en ganancias los números rojos.
En el último trimestre fiscal, por ejemplo, Uber ingresó unos 3.000 millones de dólares, frente a los 563 millones de Lyft (es decir, estas fueron las cantidades brutas que las compañías recibieron en pagos de sus clientes), pero ambas presentaron pérdidas al incluir los costes operativos, que en el caso de Uber alcanzaron los 1.000 millones.
Pese a lo aparentemente paradójico de esta estrategia dado el estado de las cuentas de Uber y Lyft, es habitual que las nuevas empresas tecnológicas prioricen captar cuota de mercado aunque sea a costa de perder dinero durante sus primeros años, como ya ocurrió por ejemplo con los casos paradigmáticos de Twitter y Spotify.
La idea que subyace tras esta lógica es la del “ganador se lo queda todo”, es decir, tratar de ser la compañía más fuerte en un sector con el objetivo de crear efectos de red, eliminar competencia y pasar a controlar el mercado y, una vez logrado eso, ver cómo transformar ese dominio en beneficios.
En este sentido, Uber, actualmente valorada en 76.000 millones de dólares, lleva clara ventaja a Lyft, valorada en 15.000 millones, lo que explicaría el interés de la segunda por salir a bolsa lo antes posible y evitar así verse eclipsada por la entrada en el mercado de valores de su gran rival.
Más allá de la estrategia de las compañías, la guerra de precios entre las dos firmas tiene unos claros perjudicados: los conductores, que ganan un porcentaje de lo que el usuario paga por cada trayecto, de manera que cuanto más bajo sea el precio, menos dinero se llevarán a casa.
Para tratar de compensarlos y de apaciguar los ánimos del colectivo, el Wall Street Journal publicó hoy que tanto Uber como Lyft planean “premiar” a algunos de sus conductores y repartidores más veteranos con un paquete de acciones al precio de salida.
De acuerdo con el rotativo, la oferta de las empresas a estos trabajadores sería en efectivo con la opción de destinarlo a títulos de las compañías en el momento en que salgan a bolsa, algo normalmente muy complicado para los inversores no institucionales, y que podría reportarles grandes beneficios según evolucione su cotización.

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