La problemática historia de asesinos en serie y matanzas de Canadá

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Toronto (Canadá), 9 feb (EFEUSA).- Los casos del “jardinero asesino” de Toronto, Bruce McArthur, y de la masacre de la mezquita de Quebec recuerdan que pese a la imagen de país idílico, Canadá ha sido escenario de numerosos asesinatos en masa en las últimas décadas.
Este viernes McArthur y Alexandre Bissonnette, que en enero de 2017 asesinó a seis personas en una mezquita de la ciudad de Quebec, fueron condenados de forma separada a cadena perpetua sin posibilidad de solicitar la libertad condicional en 25 y 40 años, respectivamente.
Los nombres de McArthur y Bissonnette se unen a los de Elizabeth Wettlaufer, Robert Pickton, Clifford Olson, Paul Bernardo y Karla Homolka o Alek Minassian, quienes en las últimas décadas han protagonizado masacres en el país que han acabado con la vida de decenas de personas.
McArthur, un jardinero de profesión de 67 años, mató entre 2010 y 2017 a seis hombres gais con los que tuvo relaciones sexuales, y ocultó sus restos troceados en grandes maceteros que almacenaba en la propiedad de uno de sus clientes.
A pesar que McArthur había sido condenado en 2001 por atacar violentamente con una barra metálica a un trabajador sexual y que en 2016 fue denunciado por otro hombre al que intentó estrangular, el “jardinero asesino” pudo cometer sus crímenes sin que la policía detectara nada extraño.
Para organizaciones que trabajan con la comunidad gay, la ceguera de la policía para hallar el asesino en serie tiene un razón: las cinco primeras víctimas de McArthur pertenecían a minorías marginadas, procedentes del sur de Asia o de Oriente Medio.
La elección de víctimas marginales es lo que tienen en común McArthur y Robert Pickton, probablemente el peor asesino en serie de la historia moderna de Canadá.
En el caso de Pickton, un porquero que vivía en la costa del Pacífico de Canadá, las víctimas fueron mujeres, en muchos casos trabajadoras sociales, drogadictas y de origen indígena.
Durante años, las desapariciones de estas mujeres en uno de los barrios más sórdidos de la ciudad de Vancouver fueron ignoradas por las fuerzas policiales de la ciudad.
Las familias de las víctimas recibían la misma respuesta de las autoridades policiales: es “normal” que prostitutas y drogadictas desaparezcan sin dejar ni rastro.
La ineptitud y desidia policial permitió que entre 1995 y 2002, Pickton torturara y asesinara a un número indeterminado de mujeres, que algunos elevan hasta 65 personas.
Pickton fue arrestado en 2002 y durante el juicio celebrado en 2007, el porquero fue acusado del asesinato de 26 mujeres, aunque posteriormente confesó que había matado 49.
La policía encontró en un congelador de su propiedad restos desmembrados de algunas de sus víctimas, pero en la mayoría de los casos, tras meses de búsqueda, los investigadores solo encontraron restos de ADN de las desaparecidas: el asesino alimentaba a sus cerdos con los cuerpos de sus víctimas.
Elizabeth Wettflauer, de 51 años de edad, también se cebó en personas vulnerables, en su caso, personas de avanzada de edad de las que estaba encargada de cuidar.
Enfermera de profesión, la llamada “ángel de la muerte”, causó la muerte entre 2007 y 2016 a 14 personas que vivían en residencias de ancianos y a los que inyectó doses mortales de insulina.
Bissonnette, de 29 años, forma parte del grupo de asesinos canadienses que actúan motivados por odio, categoría en la que también se incluyen Alek Minassian y Marc Lépine.
En enero de 2017, Bissonnette, pertrechado con una pistola y un rifle de repetición, entró en una mezquita de Quebec a la hora de la oración y mató a seis personas.
Como señaló el juez el viernes, Bissonnette, un admirador del presidente estadounidense, Donald Trump, y de la ultraderecha contraria a la inmigración, cometió la matanza por “el odio visceral contra los inmigrantes musulmanes”.
Aunque los crímenes de Alek Minassian y Marc Lépine están separados por casi 30 años, los dos también asesinaron por odio, en este caso contra mujeres.
En abril de 2018, Minassian, de 25 años de edad, alquiló una furgoneta y de forma deliberada atropelló a las personas que caminaba por una de las principales calles de Toronto.
Tras recorrer poco más de un kilómetro por la acera, Minassian había matado a 10 personas y causado heridas a otras 16. La mayoría de sus víctimas eran mujeres.
Tras el arresto de Minassian, la Policía descubrió mensajes misóginos colgados en Facebook que vinculaban al autor de la masacre con el movimiento “incel”, un término que significa “célibe involuntario”.

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