Trabajar en los Estados Unidos siendo inmigrante y sin poseer los documentos correspondientes, es una de las experiencias más arduas y difíciles a las que un ser humano se puede enfrentar.
Las oportunidades laborales en un 80 % son para desempeñar trabajos que los ciudadanos norteamericanos no les gustan ejercer.
Limpiar baños, lavar platos, arreglar jardines, destapar cañerías, pintar casas son algunos de los oficios con mayor esfuerzo siendo la remuneración muy baja, pero para una persona que llega de Latinoamérica o África, el salario diario que gana es equivalente a 15 días de trabajo en sus respectivos países.
El esfuerzo realizado al trabajar es recompensado por cheques alrededor de 1.200 a 1.500 dólares quincenales. Dinero suficiente para poder pagar renta, comida, educación y salud en países como México, Colombia, Salvador, Honduras, Guatemala y Perú entre otros.
Los empleadores saben que sus colaboradores aunque no tengan documentos o visas de trabajo, laboran de manera fuerte 8 horas de pie o en posiciones incomodas, con un solo descanso de media hora por turno, exponiéndose a agentes químicos, condiciones climáticas extremas sin ningún tipo de protección ya que son personas que pueden ser remplazadas la menor muestra de fatiga o cansancio extremo.
Los turnos son rotativos, los horarios no son flexibles y se puede trabajar 12 horas sin que el empleado pueda decir algo por miedo de perder su puesto.
Además, los jefes o supervisores quieren que el trabajo sea sacado de manera rápida sin mirar las consecuencias. Esto hace que las personas salgan de sus empleos completamente extenuados y con la moral muy baja ya que muchos deben cambiarse y salir para su segundo trabajo, para que el ciclo se repita cada día, todos los días durante meses o inclusive años.
Cuando un trabajador está agotado o enfermo en algunos casos lo envían para la casa sin atención médica y descontando el día de pago.
Por esta razón las personas se convierten en máquinas que obedecen órdenes, trabajan de manera rápida y ejercen su labor en situaciones extremas sin el equipo de seguridad adecuado, cuando alguno falla o se enferma son remplazados de sus obligaciones sin importar el tiempo laborado en la compañía u organización
David O. Brugés Solórzano – Los Ángeles – California
