SEATTLE (Agencias)—Durante los últimos 20 años, los fiscales de un condado de Washington han decidido qué jóvenes de 16 y 17 años acusados de cometer ciertos crímenes violentos son “rechazados automáticamente” a un tribunal adulto o superior y cuáles son procesados en el sistema juvenil. Los menores de 16 años también pueden ser acusados como adultos, pero por lo general sólo después de una audiencia y si un juez lo considera apropiado.
La justicia de los menores es compleja, con la ciencia del cerebro y un trío de sentencias de la Corte Suprema de los Estados Unidos dictadas desde 2005 que propulsan el sistema de justicia penal en un enfoque más matizado que reconoce que los jóvenes son propensos a la inmadurez y la impetuosidad, y sus consecuencias, generalmente se consideran menos culpables en el momento en que sus crímenes son cometidos.
Estas cuestiones, así como las preocupaciones sobre la desproporcionalidad racial y las tasas de reincidencia entre los jóvenes procesados en el sistema de adultos, han impulsado la oposición a la construcción planeada de un nuevo centro de justicia juvenil de $ 210 millones en Seattle.
Con el paso de los años, el Condado de King ha implementado una amplia gama de programas de desviación y programas basados en la comunidad para responsabilizar a los jóvenes infractores fuera del sistema judicial. Hace dos décadas, los fiscales presentaron 8.000 casos de delitos graves y delitos menores contra menores cada año. Debido a los programas de desviación, así como la disminución de los índices de delincuencia, ese número había caído a aproximadamente a 1.600 en 2016, dijo Satterberg.
