Hace 100 años empezó el “Siglo Estadounidense”

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ROMAGNE-SOUS-MONTFAUCON, Francia (AP) _ Al carpintero Guy Ford le gustaba ver a los peces bailotear alrededor de su barco cuando partió hacia Europa para combatir en una guerra que definiría el siglo por delante.

Pronto Ford perdió su inocencia. Pero a diferencia de tantos estadounidenses jóvenes que pelearon en la Primera Guerra Mundial, vivió para ver a la transformación de su país de una nación ensimismada en una potencia mundial.

Antes del 6 de abril de 1917, Estados Unidos todavía era, según el escritor Walter Lippmann, un país en el que “el dinero gastado en barcos de guerra hubiera sido mejor empleado en escuelas”.

Hace 100 años, Estados Unidos le declaró la guerra a Alemania y, tras la victoria de 1918, puso en marcha lo que pasó a ser conocido como el “Siglo Estadounidense”.

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ESTADOS UNIDOS PRIMERO

Guy Ford, hijo único de Roncenverte, Virginia Occidental, se acercaba a los 30 años cuando comenzó la guerra en agosto de 1914, tres años antes de que Estados Unidos se incorporase al conflicto.

El presidente Woodrow Wilson fue reelegido en 1916 con el slogan “nos mantuvo afuera de la guerra”. Otra frase que gustó mucho: “Estados Unidos primero”.

En Europa, ambos bandos estaban enfrascados en una guerra de trincheras, con bombardeos constantes y ataques con gases en el norte de Francia y en Bélgica. Algunos días había miles de bajas en una carnicería sin precedentes.

Una nieta de Ford, Mary Thompson, que vive en Virginia Occidental, hizo el mismo recorrido que su abuelo y vio todas las tumbas y los sitios donde hubo combates.

“No me imagino a un chico del condado de Summers, en Virginia Occidental, que viene a este país y marcha hacia las bombas”, comentó.

Ni tampoco se lo podían imaginar la mayoría de los estadounidenses.

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FUERON VITALES

A pesar del furor en torno a la destrucción causada por los alemanes y sus atrocidades, recién el 2 de abril de 1917 Wilson pidió ir a la guerra en un discurso ante el Congreso. “Hundieron barcos estadounidenses, muchos estadounidenses murieron, en formas que nos han sacudido”, expresó. Cuatro días después, el Congreso accedió y Estados Unidos entró a la guerra.

Para entonces, ya habían muerto millones de personas. El ingreso de Estados Unidos cambió todo.

“Estaba todo empantanado”, comentó el profesor de historia militar Luc De Vos, de la Leuven University. Les tomó más de un año a Guy Ford y cientos de miles de estadounidenses estar listos para el combate. Cuando se declaró la guerra, “el ejército de Estados Unidos era más pequeño que el de Dinamarca y mucho más pequeño que el de Bélgica”, agregó el académico.

Ford partió el 26 de mayo de 1918. En un diario relató que el mar estaba agitado, que hacían prácticas de tiro y que “el viento arrastraba pescados que jugaban” cerca del barco.

El 4 de julio, cuando otros en Estados Unidos festejaban el Día de la Independencia, su diario dice que recorría la campiña francesa hacia el frente de combate. “Me dieron un abrigo antes de partir. Incursión aérea esa noche”.

Hacía una travesía de 850 kilómetros (530 millas) por Francia hasta la región de Verdún. La guerra entraba en su etapa final, aunque el desenlace todavía parecía incierto.

La llegada de 2,1 millones de soldados estadounidenses inclinó la balanza.

“En un momento clave del equilibrio de fuerzas, llegan 2 millones de estadounidenses, jóvenes, entusiastas, y atacan por todas partes”, dijo De Vos.

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LOS MUERTOS

Un siglo después, los campos de Meuse-Argonne donde combatió Ford siguen siendo pastizales y bosques donde alguna vez se escondieron soldados estadounidenses y alemanes.

En un momento clave, en el otoño de 1918, la ofensiva de Meuse-Argonne fue la operación más grande y más sangrienta emprendida por las fuerzas expedicionarias estadounidenses. Involucró a 1,2 millones de soldados y duró 47 días. Fallecieron 26.000 soldados estadounidenses, aunque Ford no figuró entre ellos.

Hoy solo se escucha el canto de los pájaros y, a lo lejos, el rugido de cortadoras de césped en el enorme Cementerio Estadounidense de Meuse-Argonne. En los días previos al centenario, hay jardineros recortando los bordes y recogiendo las hojas que quedan del invierno. Es el cementerio estadounidense más grande de Europa y recuerda la muerte de 15.200 soldados.

Pagaron un precio caro, pero los estadounidenses hicieron retroceder más todavía a los alemanes, que el 11 de noviembre firmaron un armisticio.

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TAL VEZ FUE LA GUERRA

En mayo de 1919, Guy Ford partió de una Europa en ruinas y regresó a Virginia Occidental.

Se casó, tuvo un varón y luego un par de mellizos. Falleció en 1934, a los 46 años. Cantidades de soldados regresaron con lesiones físicas y mentales que nunca fueron atendidas debidamente.

“Nunca sabremos qué causó su muerte”, dice Mary Thompson. “Tenemos entendido que fue el corazón, pero quién sabe. Pudo haber sido algo de la guerra”.

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