Los hackers de “sombrero blanco” en primera línea contra el ciberdelito

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Miami, 18 ene (EFEUSA).- Como todos los miembros de Hack Miami, Rod Soto es un “hacker ético” o de “sombrero blanco”, gente que se mueve en internet como pez en el agua, pero situada del lado de la ley y dispuesta a ayudar a prevenir y combatir el ciberdelito.
Soto es el secretario de Hack Miami, una comunidad de hackers del sur de la Florida que se reúnen para compartir sus conocimientos y experiencias y a la vez ofrecen distintos servicios relacionados con la ciberseguridad, incluido un equipo de respuesta de emergencia.
“Aquí no hay gente obteniendo dinero maliciosamente, cometiendo fraude, ‘impersonando’, robándose identidades o vendiendo data en foros de la internet oscura, la investigación de vulnerabilidad que hacemos es igual a la de los hackers de sombrero negro, pero nosotros estamos del lado de la ley”, dice Soto a Efe.
El lugar habitual de reunión de Hack Miami es la Creation Station de la Biblioteca del condado de Broward, en Fort Lauderdale, donde comparten espacio con niños dedicados a los vídeojuegos y los vídeos musicales y con aficionados a la tecnología que utilizan las copiadoras 3D y los equipos de realidad virtual, mientras los “hackers” hablan de la interferencia de Rusia en las elecciones.
Daniela, una consultora de cuidada melena rubia y mediana edad que trabaja en una empresa que ayuda a pequeños negocios a ser más eficaces con la ayuda de la tecnología, es una de las tres mujeres que acudió a la primera reunión del año de Hack Miami, que congregó a casi 50 “hackers”.
Una de sus especialidades es la ingeniería social, que parte de la idea de que el personal de una empresa debe estar formado en ciberseguridad, porque suelen ser ellos los que de manera no deliberada le abren la puerta al delincuente.
Según dice a Efe, no se siente para nada incomoda ni fuera de lugar en este “mundo de hombres”. “Me gusta participar”, subraya esta consultora que ha roto el “techo de cristal” que impide a las mujeres ascender, según sus propias palabras.
La media docena de mujeres que, según Soto, forman parte de Hack Miami, para el mundo de la informática, son una “cifra muy grande”.
Cuando se le pregunta el porqué es así dice no tener respuesta. Tampoco responde cuando se le pregunta por su edad. Tan solo indica que está “en los finales de los 30”.
No es que sea coqueto, es que no revela nunca su fecha de nacimiento porque en Florida, dice, se puede sacar tu dirección y teléfono con ese dato y no quiere dar facilidades a los ladrones de identidad.
Según la Comisión Federal de Comercio, las áreas metropolitanas del sur de Florida llevan por cinco años consecutivos en el primer puesto de la lista de denuncias por robo de identidad.
Soto afirma que aunque los fraudes con tarjetas de crédito siguen siendo el ciberdelito número uno, el secuestro del sistema informático o de los archivos de una persona o empresa (“ransomware”) es cada vez más común y afecta sobre todo a pequeños negocios, un sector en el que abundan los hispanos.
Al respecto señala que el 23 % de los hombres de negocios hispanos se declara “extremadamente preocupado” por el robo de la información digital, según el estudio de 2016 Business Leaders Outlook de Chase for Business.
Pero tampoco se salvan las grandes empresas o instituciones de esta manera fácil de obtener dinero a través de internet.
El caso más conocido es el de un hospital de California que pagó el equivalente a 17.000 dólares de rescate, dice Soto.
El pago se hace en bitcoins (monedas virtuales), que “no están sujetas a regulaciones, no tienen limitaciones en las cantidades y son difíciles de rastrear”.
Fernando Herrera, que trabaja en ElevenPaths, el área de ciberseguridad del grupo español Telefónica, coincide en que la ciberextorsión está creciendo de manera exponencial.
El año 2016 fue récord, “desgraciadamente decenas de millones de dólares se pagan cada año a los ciberextorsionadores”, indica.
Herrera asiste a algunas reuniones de Hack Miami porque la filosofía de trabajo de la compañía para la que trabaja es estar “cerca de las personas que lideran la lucha contra la ciberdelincuencia”.
Según el Centro de Reclamaciones de Internet del FBI (policía de investigaciones de EE.UU.), solo en los tres primeros meses de 2016 (último periodo contabilizado) recibieron 636 denuncias de delitos cibernéticos que involucraban pérdidas por un valor de 9,39 millones de dólares.

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