Una “revolución”, pero de ideas

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Nota de Juan Latino:

Cambiar el sistema, las ideas y el liderazgo en Estados Unidos. Esa es la “revolución” pacífica que pretenden llevar a cabo activistas y soñadores que, después de la elección de Donald Trump como próximo presidente, iniciaron marchas comandadas por estudiantes y organizaciones.

Carlos García, director del grupo de activistas Puente, dijo que la palabra “revolución” es muy seria, pero aseguró que, lejos de un movimiento violento, los jóvenes y activistas apostarán por el esfuerzo político para bajar las intenciones de Trump de deportar a millones de indocumentados.

Buen ejemplo son las marchas multitudinarias que se están registrando en los últimos días en las principales ciudades y universidades del país, así como los movimientos en el Capitolio fruto de la experiencia adquirida en los últimos años de lucha en pro de una reforma migratoria.

A raíz del clima enrarecido de intimidación racial vivido durante la campaña de las elecciones presidenciales, García aseguró que percibe más organización en los movimientos, lo que espera se traduzca en cambios reales.

“Recuerdo que hace diez años se logró la movilización más grande, 200 mil personas salieron a marchar en Arizona, pero no hubo resultados: en demandas políticas quedamos peor, es importante aprender de eso y tratar de construir”, explicó.

En el 2006 millones de personas se congregaron en protestas por una reforma integral contra las leyes de inmigración en Estados Unidos.

Todo inició en respuesta a la propuesta legislativa conocida como H.R. 4437, que pretendía aumentar las penas para los indocumentados o cualquier persona que los ayudara a entrar o a permanecer en el país, clasificándolos como criminales.

A diez años de esa movilización, que congregó a muchedumbres de entre 100 mil y 500 mil personas en varias ciudades, García aseguró que ve más coraje y compromiso en las personas involucradas en las marchas contra la retórica antiinmigración de Trump.

“Pero si no usamos ese coraje para organizarnos, para hacer cambios reales, no vamos a llegar a nada. Ya tuvimos una victoria muy grande sacando al sheriff (alguacil) Joe Arpaio , a Trump no lo podemos mover, pero podemos crear conciencia en las autoridades locales sobre el daño que nos han hecho con las políticas de perfil racial”, sentenció.

La activista y soñadora Erika Andiola, gerente de Relaciones Políticas del movimiento Our Revolution que lidera el senador Bernie Sanders, coincidió con García que esta revolución se centra en lograr cambios reales que beneficien los indocumentados.

“Es un cambio que se necesita en este país, en su política para que los candidatos escuchen nuestra voz, la de la gente trabajadora, de color, inmigrantes, los que batallamos día a día”, dijo. Mencionó que como estrategia se debe de resistir para proteger a las comunidades más vulnerables.

“Esto se trata de una revolución política, revolución es una palabra muy general, pero cada quien va a pelear por sus luchas”, expresó.

El soñador Óscar Hernández conoce lo que es el miedo a perder el beneficio de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y que deporten a sus padres, por eso se ha unido a las marchas de los estudiantes, pidiendo respeto racial y políticas migratorias justas. Y allí, precisamente, estan las ideas.

 

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