DAVIS (UC) – ¿Sabía que con tan sólo seleccionar mejor lo que viste y calza, sobre todo en las prendas de vestir de moda, podría ayudar a reducir la contaminación ambiental? Al desecharse, ya sea porque pasaron de moda o dejaron de ser útiles, muchos de esos artículos impactan la salud del medioambiente, según una experta de Extensión Cooperativa de la Universidad de California.
“Es un tema preocupante”, afirma Susan Kaiser, catedrática del Departamento de Ropa y Textiles de la Universidad de California en Davis. “Y comienza desde la selección de los materiales usados porque, por ejemplo, algunas telas y otros compuestos sintéticos elaborados con derivados del petróleo no son recursos renovables”.
Ella pone como ejemplo las prendas de vestir y calzado que suelen desecharse a poco tiempo de haberse comprado y que van a dar a los basureros públicos.
La mayoría de los consumidores no se percatan del impacto ambiental que tiene el constante cambiar de la moda: genera una enorme cantidad de desechos, según la especialista de la UC. Ella indica que eso aumenta con la compra de artículos de temporada, que incluye muchas de las prendas de vestir veraniegas.
Por eso en las clases de diseño y confección se hace ver no sólo el mejor aprovechamiento de materia prima, sino el origen y las consecuencias del uso de estas en la elaboración de ropa y otras prendas de vestir. Para ello se combinan una serie de disciplinas académicas, basándose en la ciencia y experimentación.
“Tenemos científicos físicos, científicos sociales y todos trabajamos en conjunto para estudiar esos efectos”, explica Kaiser. “Estamos muy interesados en ver no sólo las propiedades de los materiales usados en la manufactura, sino dónde irán a parar”.
Eso es algo que también los consumidores deberían tener en mente al momento de comprar, según Kaiser. Ella aconseja leer las etiquetas en las que se indican los materiales usados en la confección.
Sin duda, el confort y la durabilidad de las prendas de vestir figuran entre los factores principales que deben tener en mente los diseñadores y fabricantes de ropa y calzado, señala Kaiser. Pero sin descuidar otros aspectos importantes a largo plazo para el bienestar de los consumidores.
“Por ejemplo, la sustentabilidad de dichos materiales: de qué están hechos y cómo afectarán al medioambiente y nuestra economía”, añadió.
Kaiser confía en que enfatizar el uso y selección de materiales para reducir la contaminación tenga un impacto global. Las clases que ella y sus colegas imparten incluyen a una gran cantidad de estudiantes extranjeros, que posiblemente se convertirán en quienes dictarán la moda, ya sea como diseñadores o quizás como magnates en esa industria.
