Policía de EEUU suaviza requisitos para reclutar minorías

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HARTFORD, Connecticut, EE.UU. (AP) _ Los departamentos de policía de todo el país están suavizando sus requisitos de admisión, reduciendo las exigencias en cuanto a educación y perdonando el consumo de drogas, en un esfuerzo por atraer más reclutas, incluidos de sectores minoritarios.

Los cambios obedecen al escaso interés que genera un trabajo que paga poco, con rigurosas exigencias físicas y en el que se arriesga la vida bajo un fuerte escrutinio público.

“Tenemos una crisis nacional”, afirmó Eugene O’Donnell, ex agente de policía de la ciudad de Nueva York y quien hoy da disertaciones en el John Jay College of Criminal Justice de Nueva York. “Por primera vez en mi vida, no le recomiendo a nadie tomar este trabajo. ¿Quién quiere ponerse una cámara e internarse en sectores donde se va a criticar cualquier cosa que hagas? Te van a decir de todo”.

Cada estado tiene sus propios requisitos. En general, el haber consumido drogas o tener algún antecedente policial, por menor que sea, descalifica a un postulante. Además hay que tener un cierto estado físico para ser admitido. E incluso después de haber entrado, se puede investigar los antecedentes bancarios de los reclutas.

Los requisitos físicos han impedido la admisión de muchas mujeres, en tanto que la historia crediticia y los niveles de educación han sido un obstáculo imposible de superar para muchos miembros de minorías. En medio de una campaña tendiente a diversificar las fuerzas policiales, muchos se preguntan si esos viejos parámetros casi militares son todavía válidos y sirven para atraer a agentes que puedan llevarse bien con las comunidades y ayudar a evitar conflictos.

Los departamentos que modifican sus exámenes y otros requisitos que tienden a descalificar en forma desproporcionada a los candidatos de las minorías han sido elogiados en un informe difundido el mes pasado por el Departamento de Justicia y la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo.

Los candidatos de comunidades minoritarias a menudo son descartados porque tienen algún tipo de antecedente penal o un historial de crédito flojo, según el informe. Además tienen más dificultades para pasar exámenes escritos que no están diseñados necesariamente para detectar las aptitudes necesarias para el trabajo policial, acota.

Un estudio del 2013 del Departamento de Justicia indicó que el 12% de los agentes policiales eran negros y el 12% hispanos. Si bien hubo progresos en ese terreno, las minorías no están bien representadas en muchas comunidades. Aproximadamente el 13% de la población de Estados Unidos es negra y el 18% es hispana.

El nuevo informe dice que la diversidad es la clave para generar confianza entre la policía y las comunidades.

“El reclutamiento es un tema particularmente problemático”, dijo Chuck Wexler, director ejecutivo del Police Executive Research Forum. “He estado en salones con una gran cantidad de policías y he preguntado cuántos de ellos querían que sus hijos o hijas sean policías, y nadie levantó la mano”.

Numerosos oficiales dicen que han intensificado sus esfuerzos para contratar policías de grupos minoritarios.

En Connecticut, por ejemplo, negros e hispanos representan un tercio de los postulantes y una cuarta parte de la población del estado, pero solo el 10% de la fuerza, el cupo mínimo fijado hace tres décadas luego de que el departamento fuese demandado. Desde el 2004 se postularon 4.500 negros y 4.200 hispanos, y solo se graduaron de la academia 28 afro-americanos y 38 hispanos, según datos obtenidos por la Associated Press. En el mismo período hubo 15.000 postulantes blancos y 527 graduados.

La policía estatal afirma que ha incrementado sus esfuerzos para reclutar minorías, pero que muchos de esos candidatos no sobreviven al proceso de contratación y capacitación, que incluye averiguación de antecedentes, detector de mentiras, exámenes físicos y un examen escrito que busca determinar la capacidad de razonar en forma lógica, de lectura, de comunicaciones y otras características personales.

“Siempre dicen que van a esforzarse por mejorar los números, pero eso no sucede”, declaró Fred Adams, policía retirado de Connecticut que fue uno de los impulsores de la demanda de 1982 que obligó al departamento a contratar más miembros de minorías. “Nadie les pide que rindan cuentas”.

Si bien muchos departamentos no contratan a alguien que admite haber fumado marihuana en los tres años previos, en Baltimore, donde hubo graves incidentes luego de que un hombre negro murió mientras era trasladado en una camioneta de la policía, el comisionado (jefe de la policía) Kevin Davis está tratando de cambiar las normas. Dice que el consumo de marihuana es “el elemento descalificador de postulantes número uno”.

“No quiero contratar monaguillos como policías”, dijo Davis al Baltimore Sun. “Quiero gente de buen carácter, con buenos valores morales, pero también quiero gente que ha hecho la vida de cualquier otro, una vida parecida a la de la gente con la que van a tener que lidiar”.

En Wichita, Kansas, el jefe de la policía Gordon Ramsay quiere suavizar los requisitos para poder contar con “gente que ha luchado en la vida, que se puede relacionar mejor con la gente a la que sirven”, expresó Ramsay. “Mi experiencia es que muestran más empatía”.

En Louisville, Kentucky, se eliminó hace poco el requisito de que el candidato tenga al menos 60 créditos universitarios tras ver que disminuía mucho la cantidad de postulantes. En el último año fiscal hubo 1.081 postulantes, comparado con los 1.867 del año previo, de acuerdo con el sargento Daniel Elliott, director del servicio de reclutamiento y selección de candidatos.

En el mes que pasó desde entonces, se recibieron 667 solicitudes de admisión y el departamento decidió no recibir más porque no tendría tiempo de estudiarlas, indicó Elliott.

Hay quienes temen que esta nueva política sea contraproducente.

“Reducir los requisitos es un gran error. Va a dar paso a problemas de comportamiento, corrupción y un deterioro del departamento”, sostuvo Jeff Hynes, ex agente de Phoenix que dirige el departamento de ciencias asociadas con la seguridad pública del Glendale Community College. “Esto va a ser un desastre”.

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