Por Gustavo A. Montoya:
El 2016 marca un año muy especial en la historia de la democracia de Estados Unidos. Como era de esperarse en los comicios de cualquier presidencia en nuestro país, como en cualquier parte del mundo, hay un ganador y hay un perdedor. Rompiendo todas las convicciones y estadísticas convencionales Donald J Trump, se convirtió en el 45avo presidente de Los Estados Unidos. Casi en la mayoría de todos los medios se expresaba una sorpresa no esperada, ya que todas las estadísticas favorecían a Hillary R. Clinton por semanas y semanas. Y la explicación de esto merece un análisis más profundo, ya que Trump ha demostrado a todo el país, que no necesito de los famosos súper comités de acción política con millones y millones de dinero.
Ahora es el momento de reflexionar sobre lo que esto significa para los latinos; pero esta reflexión merece ir más allá de nuestro circulo comunitario, y tratar de entender rápidamente que es lo que significa para toda la comunidad nacional que en el corazón deseaba un destino final haciendo historia con la primera mujer presidente de Estados Unidos, la apertura a tratados de libre comercio, la reforma migratoria, la política de acción internacional con otros países y aceptar que estos temas tomaran una dirección diferente y que viene un periodo inmediato de incertidumbre a la devastadora sorpresa. Tal vez los medio y los sistemas estadísticos de la grupos de alto pensamiento académico en ciencias políticas si están equivocados y es hora de cambiar y escuchar a millones de personas que están completamente frustradas la Capital en Washington DC. Pero igualmente sorprendente, fueron las palabras del nuevo presidente electo, Trump, quien se dirigió a todo el país con un tono tan presidencial y aterrizado como muchos nunca lo esperaron, y transmitió un mensaje de conciliación para demócratas y republicanos. Tal vez no tiene la elocuencia y gracia cordial de Obama, o no es la primera mujer electa presidente. Pero en su propio estilo “trump” su mensaje fue de conciliación y de unificación. No hubo arrogancia, o el “bullying” que tanto lo identifica a Trump en su personalidad. No hubo fanfarronería o regodeo. El mismo Presidente Obama, habló con sinceridad sobre Trump diciendo que su mensaje lo llevo a su pecho con sus primeras palabras como Presidente Electo y aseguro que tal como Bush hace 8 años facilito con transparencia el proceso de cambio de mandato, él a dirigido a su personal de hacer lo mismo para que el nuevo Presidente Electo, Donald J Trump pueda iniciar fácilmente su mandato.
En las palabras de Hillary R. Clinton se sentía la fortaleza de una mujer que como cualquier otro candidato presidencial en la historia moderna del país, aceptaba su derrota con honor y elegancia. Sin lágrimas, pero con sinceridad, Clinton agradeció a todo su personal, a los muchos líderes que la apoyaron, y sobre todo a sus fieles seguidores: palabras con muchísimo sentimiento. Sin embargo, dió aliento a las jóvenes de luchar toda la vida por lo que creen sin desanimarse, porque aunque no se rompió el vidrio en el techo con la primera mujer presidente, ella dijo: “tengo la seguridad que otra mujer logrará romper el techo de cristal” queriendo decir que una mujer logrará ser presidente, y que solo tiene la esperanza que sea pronto.
