Los padres deciden con quiénes estudian sus hijos y cuántas tareas hacen

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Miami, 10 nov (EFEUSA).- Los padres agobiados por las tareas de sus hijos están encontrando en el homeschooling (educación en casa) un camino de independencia, amparados por las leyes que en Estados Unidos les permiten elegir planes de estudios, métodos, bibliografía y la administración total del tiempo.
Las cifras de esta práctica aumentan, mientras las familias se organizan en grupos afines, para no perder el contacto social.
Las horas no alcanzan, asegura a Efe Paula Castaño, una bailarina profesional que está criando a sus hijas entre ensayos, actuaciones y países.
El preescolar de Matilda, que tiene 6 años y es la mayor de las dos, lo hicieron entre Estados Unidos, España y Colombia. El padre de las niñas es músico, viaja mucho y no quieren separarse demasiado tiempo.
Pero la motivación principal por la enseñanza en casa no es la presión de una vida casi nómada (tienen su base en Miami), sino que Paula cree que, a los 4 o 5 años, un niño no está preparado para tantas horas sin sus padres.
Dice que el sistema de enseñanza tradicional está mal diseñado, que está más enfocado en el trabajo de los padres que en el bienestar emocional del niño.
Como necesitaban ingresos y, además, Paula no quiere desvincularse de su profesión, montó una escuela de “danzas del mundo” adonde asisten alumnas y alumnos que practican el homeschooling y otros que no lo practican. La idea es no desvincularse de la sociedad.
Si en adelante sus hijas deciden estudiar en la escuela común, Paula no se lo impedirá. Esta familia está comenzando un camino al que acuden cada vez más padres, fundamentalmente por sentirse agobiados con tantas tareas (homeworks), según pudo corroborar Efe.
Estudiar en casa es muy sencillo en Estados Unidos. Solo se necesita la voluntad, notificarlo al sistema de enseñanza público (por ejemplo, al Condado Miami-Dade) y enviar un aval de un especialista, solo una vez al año, para dar cuenta del rendimiento individual del estudiante.
Así lo confirmó una maestra que lleva 13 años practicando la educación en casa, Cybele Botrán, una californiana con máster en Educación, descontenta también con el poco tiempo que les quedaba para visitar museos y hacer actividades recreativas en familia.
En 2003 comenzó con su primer hijo, Miguel, que ahora tiene 20 años y estudia Astrofísica en la universidad. Luego siguió con sus otros dos, Adrián, de 18, y Sophia, que tiene 16.
Casada con un español y asentada en Miami, Cybele recuerda cuando se reunía en los parques de la ciudad con otras familias que también practican el homeschooling.
Según ella, no es necesario ser profesora. Más bien eso complica el tema, “porque una tiende a mirar la educación en casa como si fuera el colegio y realmente no lo es”.
“La educación en casa se basa en una relación muy íntima y tienes que usar tu sexto sentido. Realmente lo que aprendí en la universidad no me ayudó; era como una falsa seguridad”, argumenta esta mujer que habla un español muy fluido.
Con la experiencia que posee, Cybele asesora al grupo Parents’ Association for Teaching at Home (Asociación de Padres para la Enseñanza en el Hogar, PATH, sus siglas en inglés) y se reúnen todas las semanas para enriquecer los conocimientos de los estudiantes con lo que puedan aportar los padres.
Es uno de los pocos grupos no religiosos que practican el homeschooling en Miami. El grupo ha conseguido alquilar magníficas aulas en un centro social del Southwest que, paradójicamente, es religioso, pero les dejan las instalaciones a un precio módico.
“No queremos que el gobierno nos dirija, queremos libertad”, dice esta mujer que observa un crecimiento del homeschooling en sectores profesionales, “simplemente porque el colegio privado es muy caro o porque el público a veces no ofrece buena calidad, o tienen demasiados niños”.
“Esto comenzó en la época de los hippies y luego se propagó con padres evangélicos, cuando quitaron la educación religiosa del colegio público”, explica Cybele desde su experiencia y aclara que cada cual debe escoger su camino.
“Aquí tengo la posibilidad de hacerlo. En algunos países como Alemania es ilegal”, dice tirando atrás el tiempo.
Según la oficina de prensa de Escuelas Públicas del Condado Miami-Dade, con quien Efe se puso en contacto, 3.220 estudiantes practican la educación en el hogar. Este condado es el cuarto en cantidad de alumnos (345.000) del sistema de escuelas públicas de todo el país, por detrás de Nueva York, Los Ángeles y Chicago.
Aunque esta posibilidad existe y cada vez se escucha más hablar del homeschooling, otros padres creen que no hay nada mejor para un niño que los centros escolares corrientes.
Progenitor de dos varones en edad escolar, Raonel Rosales, vecino de Kendall, al sur del Condado, está convencido de lo anterior.
Confiesa estar “agobiadísimos en casa con la cantidad de tareas”, pero sus hijos tienen que conocer cómo es la vida y “en la casa eso no lo aprenderán”.
“Para mí la vida es compartir con extraños”, dice y formula una pregunta: “¿Si todos nos salimos del sistema tradicional, quién lo va a arreglar?”.

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