Los mexicanos debemos aprender

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Por Horacio Ahumada

Hay dos noticias que probablemente sean las más importantes del momento, la primera es la muerte de 79 personas en México hasta el momento de estar escribiendo esta columna, y esperando que no haya aumentado el número de víctimas, la segunda es el pleito entre el presidente Donald Trump y los demócratas en Washington, D.C. que han mantenido semi cerrado por falta de acuerdo por cinco mil setecientos millones de dólares que los demócratas no quieren soltar y que por ende el presidente no quiere autorizar un presupuesto que solamente muestra mil seiscientos millones y el presidente quiere su muro prometido, ya que cumplió dos años en el poder y no lo ha podido cumplir la promesa de su construcción. Volviendo a la tragedia mexicana en el estado de Hidalgo, México, todavía no puedo comprender que la gente de esos poblados no entendiera que por el alboroto de conseguir algo dizque “gratis” salen corriendo sin conectar primero el cerebro ante inminente peligro, dejándose llevar por agarrar sin permiso lo que no es suyo, y con esa base ponerse un alto mental y no cometer un error que desafortunadamente hasta les puede quitar la vida como fue lo que sucedió. ¿Hasta cuándo los mexicanos vamos a aprender a hacer lo correcto? Tristemente con estos acontecimientos en pleno 2019 todavía la gran mayoría de nosotros los mexicanos tenemos esas reacciones de no distinguir entre lo regalado y lo robado, la cultura japonesa nos dice que “si encuentras algo no lo tomes, porque si no es tuyo debe de ser de alguien”, sin embargo, nosotros los mexicanos cuando nos encontramos algo de poco o mucho valor, decimos “es mío, porque yo lo vi primero”. Los habitantes de las comunidades mexicanas saben perfectamente que esos oleoductos y el combustible que transportan son de Petróleos Mexicanos, y no deben de tomar ni una gota de combustibles para su uso o venta personal, porque no les pertenecen. Este Viernes cerca de mil pobladores se contagiaron porque vieron gasolina “gratis” y si no tomaban, baldes, garrafones o bidones los considerarías o se considerarían unos “tontos” pero afortunada o desafortunadamente murieron una minoría de la población, porque seguro los que no fueron corriendo al festín, fueron aquellos inteligentes o con buenas bases morales personales y además haciendo el simple calculo que la gasolina volando por los aires por aquel chorro en fuente de gasolina de la fuga que se gasificaba, era una bomba mortal para cualquier chispa que se pudiese originar con roces de ropa sintética, un llamada en un celular o bien algún individuo sin educación y sin cerebro que llegase fumando al lugar lleno de líquido y gas flamable, no lo dudo ni tantito, en fin ya sabemos esta gran desgracia. Ahora, como lo digo en mi frase de “preguntóme yo” ¿Cuándo vamos a entender los mexicanos, la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto? ¿Cuándo vamos a dar un cambio en nuestra mentalidad? ¿Cuándo nuestro gobierno va a programar verdaderos conferencistas en programas de superación personal, civil, familiar y de trabajo en los diferentes medios de comunicación? ¿Cuántos millones de pesos se gastan en publicidad gubernamental en vez de tratar de enseñar a pensar mejor a las familias? Espero que los mexicanos ya debemos de aprender de estas tristes lecciones. GRACIAS.

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