El recuerdo de 3 estudiantes asesinados inunda los premios Ariel del cine mexicano

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México, 5 jun (EFE).- Las películas “Sueño en otro idioma”, de Ernesto Contreras, y “La región salvaje”, de Amat Escalante, brillaron hoy en la 60 edición de los Premios Ariel del cine mexicano, en la que estuvieron muy presentes los tres estudiantes recientemente desaparecidos y asesinados en el estado de Jalisco.
La noche prometía ser reivindicativa desde que el momento en que los nominados y el resto de invitados comenzaron a llegar al Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
La alfombra roja se llenó de chapas y cintas con el lema “No son tres, somos todxs” que pedían justicia por el caso de los tres alumnos de cine, desaparecidos y posteriormente asesinados en el municipio de Tonalá el pasado marzo.
Más tarde, sobre el escenario, no cesaron los discursos que exigieron frenar la violencia que corroe el país, y que recordaron que el país acumula miles de desaparecidos y de asesinatos.
“Sueño en otro idioma”, que partía como favorita con 16 nominaciones, se llevó finalmente seis premios: mejor película, sonido, música original, guión original, fotografía y actor, el cual recayó en manos de Eligio Meléndez.
Cuando subió al escenario para recibir el premio al mejor largometraje, Contreras dijo que México necesita hacer “mucho más” para proteger sus lenguas indígenas, con la que se tiene una deuda pendiente.
La cinta “La región salvaje”, por su parte, se hizo con cinco estatuillas: mejores efectos especiales, efectos visuales, edición, actriz de cuadro (para Bernarda Trueba) y dirección.
Escalante, director de este crudo relato que contiene un mensaje contra el machismo y la homofobia, señaló que en México “se acumulan las injusticias y las atrocidades”.
“Estamos enfermos. Ojalá nos curemos pronto”, expresó.
Karina Gidi se llevó el Ariel a la mejor actriz por su participación en la película “Los adioses”, y en su discurso mencionó otro tipo de violencia “más difícil de distinguir y más sutil”: la que ejercen aquellas personas que no quieren dejar “brillar” a las demás.
Andrés Almeida fue nombrado mejor actor de cuadro por “Tiempo compartido”, y su compañero de reparto Miguel Rodarte y Verónica Toussaint (“Oso polar”) fueron elegidos como los ganadores en los apartados de mejor coactuación masculina y femenina, respectivamente.
Juan Ramón López, de la película “Vuelven”, ganó el Ariel al mejor actor revelación, mientras que Ana Valeria Becerril lo hizo en la categoría femenina por “Las hijas de Abril”.
La chilena “Una mujer fantástica”, de Sebastián Lelio, continuó con su camino de éxitos -entre los que se cuentan el Óscar al mejor filme de habla no inglesa- y recibió el Ariel a la mejor película iberoamericana.
“Ante la violencia, ante la falta de amor: rebeldía, resistencia y más amor”, clamó su protagonista, Daniela Vega.
El premio a la mejor ópera prima fue para “El vigilante”, de Diego Ros, y el de mejor documental par “La libertad del diablo”, de Everardo González.
El director de esta última cinta, que recoge voces de víctimas de la violencia y de quienes la han cometido -entre ellos sicarios, militares y policías- aseveró que la violencia que retrata la filmación es “vigente y casi coyuntural”.
Defendió que, en esta situación, para él sería “un despropósito” tratar otros temas más amables en sus producciones. “Ese es el cine que le tocó a mi generación filmar”, agregó con un punto de resignación.
Uno de los momentos más emotivos de la noche se vivió cuando una alumna de cine leyó, en representación de la comunidad estudiantil, un texto que homenajeó a los tres estudiantes de Jalisco.
Acompañada por otros dos compañeros, la alumna mencionó que no solo piden justicia por Javier Salomón, Daniel y Marco, sino también por casos como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014.
En definitiva, por todos aquellos que sufren el “dolor desbordante producido por una guerra declarada por nuestras instituciones”, esgrimió.
“Paremos esta guerra. Que la rabia nos dé fuerza y la imaginación nos guíe”, clamó la alumna para cerrar su discurso, que fue recibido con una ovación y el eco de “no son tres, somos todos”.
Tras esto, se guardó un minuto de silencio que finalizó con un grito de “vivos se los llevaron, vivos los queremos” que surgió del palco de butacas.
Para esta edición de los Ariel se inscribieron 144 trabajos: 58 largometrajes mexicanos, 73 cortometrajes y 13 películas iberoamericanas.

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