Ciudad del Vaticano (Notimex).- El Papa Francisco publicó por primera vez un texto dedicado al fenómeno de las “fake news” (noticias falsas), atribuyó su alto nivel de difusión en las redes sociales a la “codicia insaciable”, y alertó contra la “lógica de la serpiente”.
Al celebrarse este miércoles la fiesta de San Francisco de Sales, el patrono de los periodistas, el Vaticano difundió el mensaje del Papa con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que lleva por título: “Fake news y periodismo de paz”.
En el texto, el pontífice hizo una interpretación libre de la Biblia y advirtió que la responsable de la primera “fake news” fue la “serpiente astuta” que tentó a Adán y Eva, provocando “trágicas consecuencias de pecado” que se concretaron en innumerables formas de mal contra Dios, el prójimo, la sociedad y la creación.
Por ello instó a desenmascarar lo que se podría definir como la “lógica de la serpiente”, capaz de camuflarse en todas partes y morder.
“Las ‘fake news’ se convierten a menudo en virales, es decir, se difunden de modo veloz y difícilmente manejable, no a causa de la lógica de compartir que caracteriza a las redes sociales, sino más bien por la codicia insaciable que se enciende fácilmente en el ser humano”, precisó.
Aseguró que las motivaciones económicas y oportunistas de la desinformación tienen su raíz en la sed de poder, de tener y de gozar, lo cual roba la libertad del corazón a las personas que se mueven de falsedad en falsedad.
Constató que la eficacia de estas noticias falsas se debe a su “naturaleza mimética”, su capacidad de aparecer como verosímiles, y su habilidad para capturar la atención de los destinatarios poniendo el acento en estereotipos y prejuicios.
Según el líder católico, estas informaciones buscan provocar emociones fáciles de suscitar en las personas como el ansia, el desprecio, la rabia y la frustración.
Así, en lugar de comparar fuentes para abrir un diálogo constructivo que lleve a cuestionar los prejuicios, difundiendo estas noticias se corre el riesgo de convertirse en actores involuntarios de la promoción de opiniones sectarias e infundadas.
“El drama de la desinformación es el desacreditar al otro, el presentarlo como enemigo, hasta llegar a la demonización que favorece los conflictos”, estableció.
“Las noticias falsas revelan así la presencia de actitudes intolerantes e hipersensibles al mismo tiempo, con el único resultado de extender el peligro de la arrogancia y el odio. A esto conduce, en último análisis, a la falsedad”, siguió.
Advirtió que nadie puede eximirse de la responsabilidad de hacer frente a estas falsedades, aunque reconoció que no se trata de una tarea fácil porque la desinformación se basa de manera frecuente en discursos heterogéneos, intencionadamente evasivos y sutilmente engañosos.
“Entonces, ¿cómo defendernos? El antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad es dejarse purificar por la verdad. En la visión cristiana, la verdad no es sólo una realidad conceptual que se refiere al juicio sobre las cosas, definiéndolas como verdaderas o falsas”, sentenció.
