Indocumentados mayores enfrentan serios problemas de salud con pocos recursos

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Los Ángeles, 11 ene (EFEUSA).- La falta de seguro médico y los problemas de salud relacionados con el paso de los años afectan a miles inmigrantes indocumentados de edad avanzada cuyo único recurso de salud son las salas de emergencias de los hospitales y algunas clínicas comunitarias, señalaron expertos.
Los inmigrantes indocumentados que vinieron al país después de 1986 o que, a pesar de estar en ese momento en el país no calificaron para la amnistía firmada por el presidente Donald Reagan, conforman este grupo de personas que, ahora mayores de 60 años, enfrentan desafíos para cuidar su salud.
Raúl, un mexicano de 62 años que busca trabajo a destajo en un estacionamiento de Home Depot en Long Beach, al sur de Los Ángeles, es uno de esos inmigrantes mayores.
“Ya uno se pone viejo y aparecen los achaques”, comenta al responder a Efe sobre su salud el obrero de construcción, esbozando una sonrisa que devela una dentadura incompleta.
“A veces me dan mareos, no faltan las gripas y los dolores de cabeza, pero lo que más me molesta son (los dolores en) las rodillas”, enumera el trabajador al hacer un recuento informal de sus problemas físicos.
“Entre nosotros nos ayudamos y nos recomendamos remedios”, interviene Ramón, otro trabajador que espera la suerte de que algún contratista lo “ponga a trabajar” ese día.
“A mí, cuando me dio una infección en la orina, un vecino me dijo que fuera emergencias y me dijo lo que debía decir cuando me atendieran”, agrega.
Desafortunadamente para estos hombres que se han curtido en el trabajo duro sin garantías legales, los fondos de pensiones, los seguros médicos empresariales y otros beneficios del “sueño americano” no existen.
“Uno no tiene papeles, y yo prefiero estar así que tener un seguro social chueco (falso) que me puede mandar a la cárcel”, justificó Raúl, que llegó a Estados Unidos hace un par de décadas.
Y ni siquiera en la progresista California estos trabajadores han conseguido un seguro médico costeable a pesar de algunos intentos legislativos.
La propuesta “Salud para Todos” (SB562), del demócrata Ricardo Lara, fue derrotado después de su aprobación en el Senado en junio de 2017 cuando el presidente de la Asamblea, el también demócrata Anthony Rendón, la archivó al carecer de un proyecto para financiar los 400.000 millones de dólares de coste.
Aunque California cuenta con el mayor número de inmigrantes indocumentados del país, más de 2,3 millones de personas, según el Instituto de Política Pública de California, no está sólo al enfrentar el problema del envejecimiento de estos trabajadores.
Un análisis del Instituto de Políticas de Migración (MPI), calculó que en 2011 la población los inmigrantes indocumentados mayores de 45 años en Estados Unidos representaba el 18 % del total de los “sin papeles”.
Este grupo sumaba más de 1,9 millones de personas y de ellos 610.000 en ese momento tenía 55 años de edad o más.
El 71 % del total de adultos indocumentados del país -un número superior a los 7 millones de personas- no contaba con un seguro de salud en ese momento.
A medida que los inmigrantes se han ido trasladando a otros estados, el problema comienza a crecer en nuevos territorios del país.
Según anotó a Efe Joseline Peña Melnyk, representante del Distrito 21 en la Asamblea de Maryland, un estado donde los hispanos en 2015 representaban el 16 % de la población total, el número de indocumentados aumenta al igual que el problema del cuidado de salud.
Al referirse a estos inmigrantes sin protección de salud, la demócrata de origen dominicano advirtió que “sus números están creciendo y estamos comenzando a tener una epidemia en nuestras manos”.
Aunque la Ley de Salud Asequible (ACA) modificó este panorama al permitir que los indocumentados compren su propio seguro pagando el total del valor sin subsidios, la realidad tampoco es esperanzadora, pues la mayoría de ellos carece de recursos suficientes para pagar los elevados costos mensuales.
Así y sin mayores opciones por delante, indocumentados como Raúl y Ramón tienen que esperar a que el recientemente anunciado trabajo bipartidista del Congreso se cierre con una hipotética reforma migratoria integral que les permita obtener un seguro de salud para atender los problemas propios de su envejecimiento.

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