Cientos de ciudades pequeñas de Iowa se preparan para un futuro sin niños

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Denver (EFEUSA).- Escuelas vacías, columpios quietos y celebraciones casi silenciosas representan la nueva realidad de cientos de pequeñas ciudades y localidades de Iowa en las que prácticamente no hay niños y tampoco los habrá durante las próximas tres décadas, según informó el Centro de Datos de ese estado.
En 280 ciudades de Iowa -26 más que en 2010- hay más personas mayores de 65 años que menores de 18 años y se anticipa que esta situación continuará hasta 2050, según los datos oficiales.
Por eso, actividades tradicionales como la búsqueda de golosinas durante la Semana Santa o salir disfrazado a pedir dulces el Día de las Brujas (Halloween) ya no se realizan en esas ciudades.
Se trata de poblaciones de 500 a 2.000 habitantes, aunque el problema también afecta, aunque en menor escala, a otras de hasta 10.000 habitantes.
En Wiota (116 personas en 2010), los únicos niños son los hijos del alcalde y la escuela secundaria dejó de funcionar hace medio siglo.
Y en la localidad de Carbon, con sólo 34 personas (cuatro familias), ya no hay niños. En ese mismo lugar, casi dos de cada tres personas tienen más de 50 años.
Según proyecciones del Buró del Censo basadas en datos de 2016, tampoco hay niños en otras localidades, como Durango, Buck Grove, Beaconsfield y Clayton, todas ellas con unas pocas decenas de residentes.
La situación ha llevado a que expertos de la Universidad Estatal de Iowa (ISU) hayan iniciado un proyecto con vistas a tomar “decisiones Inteligentes” en relación a comunidades pequeñas en riesgo de desaparición.
La meta de esa iniciativa es, dentro de un año, proveerles a la Liga de Ciudades de Iowa y a la Asociación de Administradores de Condados y Ciudades del estado un plan y un modelo para mitigar los efectos negativos de la nueva realidad demográfica en zonas rurales.
El proyecto, inspirado en la reconstrucción europea después de la Segunda Guerra Mundial, usa el enfoque conocido como “reducción inteligente” que significa “permitirles a las ciudades que tomen buenas decisiones sobre su futuro incluso si pierden población”, según declaraciones preparadas de Kimberly Zarecor, coordinadora de las investigaciones.
Los resultados se compartirán eventualmente con otras 34 universidades de todo el país que están realizando 38 estudios similares sobre cómo mantener la calidad de vida en localidades construidas para una situación demográfica que ya no existe.
Mientras tanto, en otras ciudades de mayor tamaño en Iowa, el crecimiento de la población latina ha permitido estabilizar la cantidad de niños en esas ciudades, según proyecciones del censo difundidas en septiembre pasado.
Y esa tendencia también durará 30 años más.

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