Por Gabriel Muhr:
Es muy difícil y a la vez sencillo diferenciar un deporte de un hobby o juego, como quieran llamarlo. Definitivamente, una disciplina para ser consideradas un deporte debe tener reglas institucionalizadas que confirmen la labor del que hacer. Y por lo tanto, el Jaripeo se ha acostumbrado a ser un evento de suma importancia, esperado y con un objetivo primordial: Acceder a los Torneos Nacionales de Toros de Reparo 2018.
Pero, para llegar a la instancia definitiva, donde las mejores ganaderías se encuentran para medir a los mejores charros mexicanos, se debe seguir un protocolo de medición mediante eliminatorias que se llevan a cabo un año antes.
¿El Lugar? Plaza México en Fort Worth, Texas. Pen-última prueba tras una competencia exquisita en Pico Rivera (CA), y con ansias de que llegue Chicago para prepararse de la mejor manera para el Nacional del 2018.
El ambiente es 100% familiar, niños con entradas gratis y una música que alegra a quienes llegan y se divierten con sus costumbres y raíces, a pesar de lo lejos que están de su hogar.
Por ejemplo, tocaran en la ya fría Texas, Los Costeños de Zirandaro, Guerrero; Banda Juniors de Huetamo, Michoacan, y el dueto Berlín y Lalo, originarios de Acapulco de Juárez.
La charrería se ha convertido, prácticamente, en un deporte tradicional, y por ende, dado su magnitud, en una competencia de las más importantes en territorio azteca. Hoy, toda esa destreza ha sido llevada a los Estados Unidos y los estados del sur, principalmente Texas, Oklahoma, Nuevo México, Arizona y California.
Aquí, en USA, se monta solamente los fines de semana, y en particular los domingos. Mientras que en México, un jinete puede montar de 5 a 6 veces por semana. Y es que por cada evento en Estados Unidos, hay 20 en tierras mexicanas.
Además, económicamente no está del todo sustentado en cuanto a los eventos en territorio americano, dado, primero por la escasez de empresas para promocionar; y segundo, los honorarios de los jinetes no siempre son los mejores, por lo tanto eso implica una menor participación.
En México ocurre todo lo contrario, por ende, muchos participantes deciden quedarse en su propia tierra.
