Washington, 10 Jul (Notimex).- La tasa de personas sin seguro médico en Estados Unidos aumentó en el segundo trimestre del año, luego de que había registrado un descenso sostenido durante la mayor parte de los últimos cuatro años, tras la entrada en vigor plena de Obamacare.
Un sondeo de Gallup muestra que 11.7 por ciento de los estadunidenses carecía de cobertura médica entre abril y junio pasados, un incremento de cuatro décimas de punto porcentual en relación con el primer trimestre y después de su nivel más bajo de 10.9 por ciento en el último trimestre de 2016.
“A pesar de repuntes en la tasa de personas no aseguradas en los primeros trimestres del 2017, el porcentaje de adultos sin seguro de salud es 6.3 puntos porcentuales más bajo comparado con su techo en el tercer trimestre del 2013”, indicó Gallup.
Antes de la entrada en vigor de Obamacare, la Ley de Salud Asequible, la tasa de personas sin seguro rondaba el 16.1 por ciento, una proporción que aumentó a 18 por ciento en el tercer trimestre del 2016.
Pero a partir del 2014, cuando entró en vigor el llamado “mandato individual”, que obligó a los estadunidenses a contar con seguro médico o pagar una multa, la tasa de personas sin seguro empezó a registrar una tendencia descendente que llegó a sólo al 10.9 por ciento el año pasado.
Entre los factores que explican su repunte reciente, Gallup mencionó el alza en el costo mensual de las pólizas, la salida del mercado de varias aseguradoras y la falta de competencia que eleva el costo de los planes de salud disponibles en los estados del país.
Gallup señaló que la incertidumbre alrededor de la política de salud del presidente Donald Trump puede haber contribuido al alza debido a que la Casa Blanca emitió órdenes ejecutivas que dispensa multas por ciertas disposiciones de la ley de salud que son fiscalmente onerosas.
Aunque los republicanos presentaron su propia propuesta de salud para reemplazar a Obamacare, enfrentan una rebelión al interior de su partido por parte de senadores conservadores preocupados porque dejaría sin cobertura a más de 22 millones de estadunidenses adicionales.
