Autismo: cuidado con las terapias y los productos potencialmente peligrosos

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Una cosa que es importante saber sobre el autismo sin andarse con rodeos es que el autismo no tiene cura, así que los productos o tratamientos que afirman “curar” el autismo no funcionan como dicen. Lo mismo es cierto para muchos productos que afirman “tratar” el autismo o los síntomas relacionados. Algunos pueden conllevar riesgos significativos para la salud.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) desempeña una función importante en advertirle a estas empresas que no hagan afirmaciones indebidas sobre el uso indicado de sus productos como un tratamiento o una cura para el autismo o para los síntomas relacionados.

Acerca del autismo

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), aproximadamente 1 de cada 68 niños han sido identificados con un trastorno del espectro del autismo (TEA). Y se informa que los TEA se presentan en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos, y son alrededor de 4.5 veces más comunes entre los niños (1 de cada 42) que entre las niñas (1 de cada 189).

Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) describen a quienes padecen autismo como niños que tienen dificultades con la interacción social, presentan problemas con la comunicación tanto verbal como no verbal, exhiben comportamientos repetitivos, y tienen intereses reducidos y obsesivos. Los efectos de estos comportamientos pueden ser desde leves hasta incapacitantes.

“La severidad y los síntomas del autismo varían”, explica la Dra. Amy Taylor, M.D., M.H.S., pediatra de la FDA. “Las terapias e intervenciones que existen para el autismo están diseñadas para tratar síntomas específicos y pueden traer una mejora”, agrega.

Además, la FDA ha aprobado medicamentos que pueden ayudar a algunas personas a controlar los síntomas relacionados con el TEA. Por ejemplo, la FDA ha aprobado el uso de antipsicóticos, tales como la risperidona (para pacientes de entre 5 y 16 años de edad) y el aripripazol (para pacientes de entre 6 y 17), para tratar la irritabilidad relacionada con los trastornos del espectro del autismo. Antes de emprender cualquier intervención conductual o terapia con medicamentos que aleguen ser un tratamiento o una cura para el TEA, consulte con su profesional de la salud.

La Asociación para la Ciencia en el Tratamiento del Autismo (ASAT, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro conformada por padres y profesionales dedicados a mejorar la educación, el tratamiento y la atención para las personas con autismo, advierte que, desde el primer momento en que el trastorno fue identificado, ha habido un largo historial de curas novedosas pasajeras y tratamientos fallidos.

La FDA aplica mano dura contra las declaraciones fraudulentas.

Según el comandante Jason Humbert, M.H.S., R.N., un agente de operaciones de control de la Oficina de Asuntos Regulativos de la FDA, la dependencia ha advertido o actuado contra varias empresas que han hecho afirmaciones indebidas sobre el uso indicado de sus productos como un tratamiento o una cura para el autismo o para los síntomas relacionados. Algunas de estas dizque terapias conllevan riesgos significativos para la salud, como:

  • Las “terapias de quelación”. Estos productos alegan eliminar las sustancias químicas y los metales pesados tóxicos del organismo enlazándose con ellos y “extrayéndolos” del sistema. Vienen en varias presentaciones, como aerosoles, supositorios, cápsulas, gotas y baños de arcilla. Los agentes quelantes aprobados por la FDA lo están para usos específicos que no incluyen el tratamiento o la cura del autismo, tales como el tratamiento para el envenenamiento por plomo y la acumulación excesiva de hierro, y sólo están disponibles con receta médica. Las terapias de quelación con receta aprobadas por la FDA deben utilizarse con la supervisión de un profesional, únicamente. La quelación de minerales importantes que son necesarios para el cuerpo puede tener consecuencias graves y potencialmente mortals.
  • La oxigenoterapia hiperbárica. Ésta consiste en respirar oxígeno en una cámara presurizada y ha sido autorizada por la FDA para ciertos usos médicos, tales como el tratamiento del síndrome de descompresión que sufren los buzos.
  • Los baños de arcilla purificantes. Añadidos al agua de la tina, estos productos alegan extraer las toxinas químicas, los contaminantes y los metales pesados del cuerpo. Se anuncian indebidamente ofreciendo “mejoras dramáticas” para los síntomas del autismo.
  • Productos variados, como la leche de camello cruda y los aceites esenciales. Estos productos se han comercializado como tratamientos para el autismo o sus síntomas, pero no se ha demostrado que sean seguros y eficaces para tales usos publicitados.

El comandante Humbert ofrece algunos consejos prácticos para ayudarlo a identificar las afirmaciones fraudulentas o engañosas.

  • Desconfíe de los productos que afirman tratar una amplia gama de enfermedades.
  • Los testimonios personales no pueden sustituir las pruebas científicas.
  • Pocas enfermedades o padecimientos pueden ser tratados con rapidez, así que desconfíe de cualquier terapia que alegue ser una “cura rápida”.
  • Las supuestas “curas milagrosas” que alegan ser avances científicos o contener ingredientes secretos puede ser un timo.

En pocas palabras, si se trata de un tratamiento cuya eficacia no está comprobada o que es poco conocido, hable con su profesional de la salud antes de comprar o usar estos productos.

 

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