Por: David O. Brugés Solórzano
Los días pasan y el actual presidente de los norteamericanos Donald Trump deja a sus compatriotas y habitantes del mundo en zozobra.
Con su forma de hacer política prometiendo cosas y acciones que son complejas si no se tiene a todos los integrantes de la cámara y el senado a su favor.
Decir que la delincuencia y el narcotráfico iban a detenerse, si construía un muro en la frontera sur de Estados Unidos. Acabar con el terrorismo fundamentalista negando la entrada a los ciudadanos de siete naciones árabes, restructurar el sistema sanitario con una mejora que ni el mismo sabe cómo se implementa, sacando del poder a un dictador como Bashar al-Ásad con lanzamientos de misiles Tomahawk.
Además de blindar la economía del país, con un proteccionismo pasado de moda y que hace ver a los Estados Unidos no como la súper potencia que es, sino verse igualado económicamente a países como Corea del Norte o Cuba.
Pelear con todos los representantes del gobierno y amenazar con daños a la economía si no se aprueban sus órdenes ejecutivas, hace que la personalidad de Trump sea comparada a la de dictadores como Hugo Chávez, José Stalin, Benito Mussolini, Fidel Castro y Muamar el Gadafi. Seres que pasarán a la historia de la humanidad como verdaderos megalomaniacos con ansias infinitas de poder.
Es hora que el señor Trump gobierne para todos sus ciudadanos y que piense en que Estados Unidos es parte de un todo, no siendo Estados Unidos el todo.