Hay que saber tanta educación cívica como inmigrantes

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NORTH SMITHFIELD, Rhode Island, EE.UU. (AP) _ ¿No es de esperar que los estudiantes de secundaria sepan tanto de la Declaración de la Independencia, la Constitución y los Papeles Federalistas como un inmigrante que toma el examen de naturalización?

En varios estados esos conocimientos básicos son un requisito para graduarse. Los estados, no obstante, tienen distintas formas de hacer frente a una generalizada falta de conocimientos sobre cómo funciona el gobierno.

Más de una docena de estados han exigido desde el 2015 que los programas de estudios sociales de las escuelas secundarias incluyan el material abarcado en las 100 preguntas que se hacen en los exámenes de naturalización. Y legisladores de otros estados esperan promover una mayor comprensión de los fundamentos de la democracia estadounidense incorporando un curso completo en el que se estudien los documentos históricos más importantes.

“Los derechos tal vez sean algo inherente, pero las ideas hay que enseñarlas”, afirmó Maida Buckley, profesora retirada de Fairbanks, Alaska, que declaró el año pasado ante una fuerza de tareas de la asamblea legislativa de Alaska sobre educación cívica. “Cuando tienes un sistema de gobierno que se basa en ideas, expresado en la Declaración de la Independencia e implementado a través de la Constitución, hay que enseñar todos esos conceptos”.

Es una causa bipartidista y en muchos estados esas propuestas de ley son presentadas conjuntamente por demócratas y republicanos. Las motivaciones de los auspiciantes, no obstante, pueden no ser las mismas y van desde el malestar con la falta de participación en las juntas escolares locales y las asambleas ciudadanas hasta la preocupación en torno al concepto que el presidente republicano Donald Trump y sus partidarios tienen de la rama ejecutiva.

“No hay dudas de que hay una gran deficiencia cívica en este país, incluso en la cúpula, en la misma cúpula”, comentó el representante demócrata Gregg Amore, de larga trayectoria como profesor de historia de secundaria y quien auspicia una legislación según la cual “la supervivencia de la república” depende de que la gente comprenda sus principios y su historia.

Una campaña del Joe Foss Institute de Scottsdale, Arizona, ha hecho que muchos estados aprueben leyes que exigen a los estudiantes que tengan los mismos conocimientos que se espera de un inmigrante que se hace ciudadano.

“Es un paso hacia adelante”, afirmó el director del instituto Lucian Spataro, agregando que 17 estados adoptaron su modelo o uno similar. “Hay que conocer las cosas básicas antes de tener una discusión de cierto nivel”.

Hay quienes opinan que este enfoque es demasiado simple.

“Si se hace eso, la gente va a empezar a enseñar las preguntas del examen y todo se convierte en un juego de preguntas triviales”, señaló Charles Quigley, director ejecutivo del Center for Civic Education de Calabasas, California. “A los chicos los matan con exámenes”.

La propuesta de Rhode Island, presentada por un republicano de North Smithfield, una ciudad conservadora donde Trump es muy popular, se inspiró en parte en una clase de noveno grado que se enseña en la segundaria North Smithfield High School. Es una clase para estudiantes avanzados que emplea el currículo “We the People” (Nosotros el pueblo) creado por el grupo de Quigley. Los estudiantes participan en una competencia nacional en la que deben defender sus ideas en forma oral.

Una tarde reciente, varios adolescentes tomaron la palabra en su aula para debatir acerca de si un policía de California puede revisar el teléfono de alguien sospechoso de pertenecer a una pandilla sin una orden judicial.

Durante el debate, algunos apelaron a la Cuarta Enmienda de la constitución, que ampara a los ciudadanos de detenciones arbitrarias. Otros enarbolaron la opinión disidente del juez de la Corte Suprema Louis Brandeis en un caso de pinchazos de teléfonos ventilado en 1928.

La profesora Natalie O’Brien los alentó a pensar en forma crítica y a explorar los 200 años de historia de Estados Unidos y su filosofía legal. No les dijo que en el 2014 la Corte Suprema se pronunció unánimemente en torno a un caso de California y dictaminó que un policía no puede revisar los teléfonos de sospechosos sin una orden judicial.

“¿Alguien va a mencionar a James Madison, verdad?”, expresó. “¿Qué diría Brandeis sobre este fallo en particular? ¿Qué dirían los padres de la patria?”.

La estudiante de North Smithfield High Megan Skinner, de 15 años, dijo que no le prestaba mucha atención a la política antes de la clase de O’Brien, pero que ahora usa documentos históricos para debatir acerca de la presidencia de Trump con familiares y amigos.

“Me da una perspectiva totalmente nueva respecto a todo lo que está pasando”, indicó Skinner. “Ves todas estas cosas en las noticias, todas las órdenes ejecutivas, la prohibición de ingreso al país. Antes de esta clase, no hubiera entendido nada de esto”.

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