En los últimos años, el uso de césped plástico en los parques y campos de fútbol se ha hecho más común. Esto se debe a un esfuerzo para ahorrar agua y reducir el uso de pesticidas; dos componentes necesarios para mantener el césped natural.
Las migas de goma, o “recycled rubber” en ingles, son hechas de neumáticos triturados y también se agrega a los campos de césped artificial con el supuesto propósito de mejorar la seguridad y crear un campo de juego más versátil. Sin embargo, es importante analizar las consecuencias de esta innovación.
Aunque el césped sintético ofrece algunos beneficios, los riesgos tienen mayor peso. Uno de los problemas que presenta el césped artificial y las migas de goma es el aumento de la temperatura superficial. Esto se debe a que las migas de goma expuestas al sol absorben el calor y aumentan las temperaturas.
Adicionalmente, los químicos que se encuentran en las migas de goma han creado preocupaciones sobre posibles riesgos a la salud de los jóvenes expuestos a ellas.
“Recientemente han habido reportes de los riesgos que enfrentan los atletas y niños expuestos a los químicos en las migas de goma, ya que estos pueden contener cancerígenos. En lugar, el césped natural provee muchos más beneficios físicos y mentales ya que este mejora la calidad del aire y normaliza los niveles de estrés”, dijo Juan Torres, presidente de la Alianza Nacional Hispana de Jardinería y Paisajismo. “Estas son algunas de las razones por las cuales nuestra organización se dedica a abogar para mantener el uso de césped natural en los parques y campos de práctica”.
Un informe de NBC incluyó reportaje de una entrenadora de fútbol en Seattle que encontró docenas de atletas quienes han sido diagnosticados con cáncer tras haberse expuesto a el césped artificial. En el último año, su lista de jugadores diagnosticados casi se ha duplicado.
El informe enfatiza que los investigadores todavía no han encontrado un vínculo definitivo entre el césped plástico, las migas de goma y los problemas de salud debido a que La Agencia de Protección Ambiental no ha podido expandir su investigación sobre los efectos del césped artificial por falta de fondos.
